El Papa Benedicto XVI recibió esta mañana a los miembros del Grupo de trabajo del Pontificio consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y del Consejo Ecuménico de las Iglesias de Ginebra, a quienes animó a proseguir los esfuerzos por lograr la plena comunión entre los cristianos.
El Pontífice recordó que el Consejo Mundial de Iglesia y la Iglesia católica "han gozado de una fructífera relación ecuménica que se remonta a los tiempos del Concilio Vaticano II. El Grupo de Trabajo Común, que comenzó en 1965, ha trabajado asiduamente para fortalecer el 'diálogo de vida' que mi predecesor, el Papa Juan Pablo II, llamó 'el diálogo de la caridad' ".
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Benedicto XVI señaló que el centenario de la Semana de Oración para la Unidad de los Cristianos "nos ofrece una oportunidad para agradecer a Dios Todopoderoso por los frutos del movimiento ecuménico, en el que podemos discernir la presencia del Espíritu Santo impulsando el crecimiento de todos los seguidores de Cristo en unidad de fe, esperanza y caridad".
El Pontífice señaló que en este día "miramos atrás gratitud por los numerosos individuos que, a lo largo de los años han buscado difundir la práctica del ecumenismo espiritual a través de la oración común, la conversión del corazón y el crecimiento en la comunión".
El Papa concluyó ofreciendo sus oraciones "para que el nuevo Grupo de Trabajo Conjunto sea capaz de construir sobre el encomiable trabajo ya hecho, y abra por tanto el camino para una mayor cooperación, para que la oración del Señor 'que sean uno' se vea cada vez más realizada en nuestro tiempo".