El legendario jugador de ajedrez Bobby Fischer, que pasó a la historia al destronar al símbolo del ajedrez soviético Boris Spassky en 1972, pidió ser enterrado como católico, informaron fuentes de la minoritaria Iglesia Católica de Islandia, donde residía desde 1992.
El famoso y excéntrico ajedrecista, fallecido el pasado jueves a los 64 años debido a una insuficiencia renal, fue enterrado este martes en Islandia durante una ceremonia católica celebrada bajo la mayor discreción.
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Fischer, nacido en el seno de una familia judía en Nueva York, pidió ser expresamente enterrado según el rito católico, informó a la agencia francesa AFP el P. Jakob Rolland, de la Diócesis de Reykiavik, capital de Islandia, responsable de presidir su funeral.
El ex campeón "había expresado su deseo de tener un entierro católico y lo hemos respetado", en una ceremonia que se llevó a cabo en Laugardaela, una pequeña población a unos 50 kilómetros de la ciudad, explicó el Sacerdote.
Únicamente cinco personas asistieron al servicio religioso en la iglesia de esta localidad, entre ellas su amiga japonesa Miyoko Watai, quien había llegado procedente de Japón el domingo por la noche.
Según el padre Rolland, el funeral fue organizado por Watai y un grupo de amigos islandeses.
"No estoy al tanto de que se convirtiera a la religión católica, pero eso no significa que no lo hiciera", declaró el P. Rolland, al hacer referencia a lo discreto y reservado que era Fischer respecto de su vida privada y sus decisiones personales.
Al obtener la nacionalidad islandesa, Fischer logró escapar de una pena de cárcel en Estados Unidos, donde la justicia le reprochó haber recibido una prima económica durante un torneo en 1992 en la ex Yugoslavia –entonces bajo embargo por la ONU–, donde jugó nuevamente contra Spassky… y lo volvió a derrotar.