Una joven guerrillera de 17 años de edad y tres meses de gestación escapó hace unos días de las FARC, a la que pertenecía, para evitar que la sometieran a un aborto y salvar así la vida de su hijo. La muchacha denunció también que es práctica común con las mujeres embarazadas de este grupo hacerlas abortar.
Según informa la edición en línea del diario colombiano El Tiempo, esta muchacha, conocida con el alias de "Nicole", fue obligada por los guerrilleros del Frente Alfredo González, que opera en la zona Tolima, a tomar bebidas preparadas con químicos abortivos con el fin de hacerla abortar.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
La joven escapó el pasado 19 de diciembre y se entregó a soldados de la Brigada Móvil Nueve, con un recipiente que contenía 10 kilos de anfo y otros explosivos que debía activar al paso de un convoy militar.
"Yo estaba bajo el mando de alias 'El Conejo'. Mis camaradas me dejaron en una casa en la vereda (pequeño poblado) Nazareno en Planadas, Tolima, con los explosivos y, como me habían advertido del aborto, aproveché y me volé (escapé)", dijo Nicole en la localidad de Neiva, en donde fue acogida el sábado pasado por un hogar sustituto del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), y está bajo la protección de soldados de la Novena Brigada.
La joven, oriunda de la localidad de Cartago ingresó a las FARC a los 10 años –es práctica común de esta guerrilla reclutar niñas para sus filas– en San Vicente del Caguán, donde vivía con una tía. Estuvo en la zona de distensión en el Caguán como parte de las mujeres al servicio de Raúl Reyes; fue ranchera del Frente Joselo Lozada en Aipe, Huila; y hace cinco meses fue enviada a Planadas, Tolima, como coordinadora de explosivos, explica El Tiempo.
Según los médicos que la han atendido del Hospital Universitario de Neiva, la joven tendrá un embarazo de alto riesgo. Su estado es estable y el niño que espera está vivo. Lo que todavía resta por verificar, dijeron los galenos, es de qué manera afectaron al bebé los químicos abortivos que los guerrilleros la obligaron a tomar para ocasionarle la pérdida de su hijo.