A raíz de los ataques coordinados a varias iglesias cristianas en las ciudades iraquíes de Mosul, Bagdad, y Kirkuk, el Papa Benedicto XVI, a través del Secretario de Estado, Cardenal Tarcisio Bertone, expresó su solidaridad y cercanía a los fieles de Irak, a quienes alentó a mantener la esperanza.
En el telegrama dirigido al Cardenal Emmanuel III Delly, Patriarca de Babilonia de los Caldeos, el Cardenal Bertone indicó que ante los ataques, "el Santo Padre expresa su cercanía espiritual con los heridos y sus familias".
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"A Ud. su Beatitud, como Presidente de la Asamblea de Obispos Católicos de Irak, y a los Arzobispos de las ciudades involucradas, ofrece la fraterna confirmación de sus oraciones mientras ustedes procuran ofrecer esperanza y fortaleza a vuestro pueblo".
El Pontífice también pide al Cardenal Delly "transmitir su solidaridad de corazón a los superiores de las comunidades religiosas afectadas, así como la renovación de sus sentimientos de sincera solidaridad con todos los miembros de las comunidades cristianas en Irak, tanto católicas como no católicas".
"Consciente de que tales ataques están también dirigidos a todo el pueblo de Irak, Su Santidad llama a los perpetradores a renunciar a los caminos de la violencia, que ha causado tantos sufrimientos a la población civil, y alienta a las autoridades a renovar sus esfuerzos por una negociación pacífica dirigida a una justa solución de las dificultades del país, respetuosa de los derechos de todos".
El telegrama del Cardenal Bertone concluye señalando que "orando por el retorno de la coexistencia pacífica de los diversos grupos que componen la población de este amado país, el Santo Padre encomienda a todo el pueblo de Irak a la protección del supremo y misericordioso Padre".