La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) expresó su preocupación por el deterioro de las relaciones entre los gobiernos de Venezuela y Colombia, y señaló que se deben "desplegar todos los esfuerzos necesarios para resolver pacíficamente las diferencias".
Al inaugurar la 89° Asamblea Ordinaria de la CEV, el Presidente del Episcopado, Mons. Ubaldo Santana, señaló que "no nos puede dejar indiferentes el creciente deterioro de las relaciones entre los gobiernos de Venezuela y Colombia".
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Las relaciones entre ambos países se deterioraron después que el Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, anunciara el año pasado que el mandatario venezolano, Hugo Chávez, ya no sería mediador ante las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), para lograr un acuerdo humanitario. Esto motivó que Chávez lanzase una serie de diatribas contra su par colombiano.
Posteriormente, Chávez se ofreció nuevamente a mediar para lograr liberación de la que fue jefa de campaña de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, Clara Rojas; su hijo nacido en cautiverio, Emmanuel; y la ex congresista Consuelo González. Sin embargo, días Uribe reveló la hipótesis de que el niño Emmanuel estaba libre desde hace tiempo; algo que fue corroborado con una prueba de ADN.
Chávez criticó al Presidente colombiano y lo acusó de "dinamitar" el proceso que llevaba a cabo ante las FARC.
Extender amnistía
Por otro lado, Mons. Santana también pidió al Gobierno ampliar el beneficio de la Ley de Amnistía a los llamados presos políticos, entre ellos el dirigente estudiantil Nixon Moreno, quien se encuentra asilado desde hace casi un año en la Nunciatura Apostólica.
En su discurso, el Prelado también se refirió a la necesidad de fortalecer las instituciones del país y de "seguir apostando por el poder constructivo del diálogo", pues "la división ha alcanzado cuotas inquietantes".
El texto también alertó que en Venezuela "se siguen presentando preocupantes violaciones a los derechos de la persona", como "la persistencia de la inseguridad civil y jurídica". Además expresó su preocupación por la "persistencia" de graves problemas sociales como la corrupción, los cuales deben ser combatidos por todos los venezolanos.
"No se trata acusarnos unos a otros, sino de darnos cuenta que vivimos en el mismo espacio geográfico, político y cultural" y que a "todos nos conviene que los Derechos Humanos sean respetados", señaló.