Antonieta Meo, la pequeña Sierva de Dios que transitara a la Casa del Padre a los seis años de edad en 1937, es todo un testimonio de cómo el Señor se muestra a los sencillos de corazón. Luego que el Papa Benedicto XVI autorizara a la Congregación para la Causa de los Santos el reconocimiento de la "heroicidad de virtudes" de esta niña conocida como "Nennolina", el P. Piersandro Vanzan destacó que la pequeña "brilla no solo delante de Jesús y con Jesús, sino para darnos luz a todos".
El sacerdote, censor teólogo de la Comisión para la causa de beatificación de Antonieta Meo, recuerda en una entrevista concedida a Radio Vaticano, que esta niña italiana "pudo realizar de modo increíble, desde el punto de vista humano, un gran ensimismamiento místico con Jesús crucificado y efectivamente el Señor ha hecho grandes cosas en la pequeña Nennolina".
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Tras recordar que las cartas de "Nennolina escritas a Jesús, la Virgen María y el Espíritu Santo, dictadas a su madre a los cinco años constituyen su espiritualidad de ensimismamiento místico", el sacerdote rememoró como la pequeña Antonieta quiso celebrar "el aniversario de la amputación" de su pierna izquierda
Era 1936 y Antonieta les dijo a sus familiares: "Debemos festejas el aniversario de la amputación de la pierna, porque se la he donado a Jesús" y a una tía le precisó con alegría "no he perdido una pierna, se la he regalado a Jesús".
"Esta serenidad de Nennolina ante el sufrimiento es fruto de particulares dones de gracia. De otro modo, humanamente no es explicable. Esta niña tiene la capacidad de sufrir y ofrecer con Jesús todo al Padre, por la salvación del mundo. Esto de definitivamente una gracia extraordinaria. Además, tenemos el testimonio de su confesor, a quien la pequeña le decía: 'me acuesto sobre la herida, para sentirme mal, para que en ese momento pueda ofrecer más dolores a Jesús'", explica el P. Vanzan.
Desde 1942
De otro lado y según la agencia italiana SIR, Silvia Correle, quien ha seguido el proceso de postulación por cuenta de la Acción Católica, comenta que "ya desde antes de la muerte de Nennolina, entre los años 33 y 35, algunos consultores de la Congregación habían estudiado el tema de la santidad de los niños". Asimismo explicó que la fundadora femenina de la AC, la venerable Armida Barelli, promovió la causa de beatificación de Nennolina en 1942.
La causa fue luego confiada al postulador, P. Antonio Cairoli, en 1962 y el proceso en el tribunal del Vicariato de Roma fue instruido el 7 de abril de 1968.
"Es una bella noticia, para nosotros de la Acción Católica (de la que Nennolina hacía parte) y toda la Iglesia. Testimonia como la vida de todo cristiano, incluso de joven edad, puede ser vivida con tensión hacia Dios. El Espíritu Santo entra en cada vida humana, sin diferencia de edad, clase social o cultura, para obtener el máximo de amor a Dios", dijo a su turno Mons. Domenico Sigalini, Obispo de Palestrina y asistente general de la Acción Católica en Italia, al conocer el reconocimiento de la heroicidad de virtudes de Antonieta Meo.
Antonieta Meo falleció a causa de una enfermedad ósea conocida como osteosarcoma, que obligó a los médicos a amputarle la pierna izquierda antes de cumplir cinco años.
Esta niña italiana nació en Roma el 15 de diciembre en 1930, falleció antes de cumplir siete años, el 3 de julio de 1937 y fue luego sepultada en la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén. Su tumba se ha convertido ahora en meta de peregrinación para muchos católicos en todo el mundo quienes llegan admirados por el testimonio de esta niña.
Para conocer más de la vida de Antonieta, puede ingresar a: http://www.aciprensa.com/vejemplares/nennolina.htm
Para leer extractos de alguna de sus cartas, puede ingresar a: http://www.aciprensa.com/vejemplares/cartas.htm