La Santa Sede, a través del Nuncio Apostólico en Brasil, ha pedido al Obispo brasileño Luiz Flavio Cappio, de la diócesis de Barra, abandonar "cuanto antes" la huelga de hambre que lleva 18 días.
El Prelado se declaró en huelga de hambre para protestar por el ahora irreversible proyecto del gobierno de desviar el curso del Río San Francisco, que cruza la región semi-árida de Brasil, para llevar agua al noreste del país, flagelado constantemente por sequías.
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Recientemente, el Obispo Cappio había señalado que la huelga de hambre la realizaría "hasta que se cancele definitivamente el proyecto… o hasta las últimas consecuencias". Sin embargo, este fin de semana, el Nuncio Apostólico en Brasil, Mons. Lorenzo Baldisseri, envió una carta a Cappio, Obispo de la ciudad de Barra, en el estado de Bahía, noreste de Brasil.
Según el mismo Mons. Cappio, la carta del Nuncio fue "amistosa y fraternal, que muestra preocupación con mi salud y hace fuerza para que interrumpa el ayuno cuanto antes y regrese a la diócesis".
El Obispo no señaló, sin embargo, si obedecerá al pedido vaticano, que siguiendo la enseñaza católica, considera inmoral poner en riesgo la propia vida por una causa de carácter político, donde no se juegan las verdades de la fe.
El Río San Francisco recorre 500 municipios brasileños donde viven 12 millones de personas y es la única fuente de agua para la región semi-árida de Brasil.
El plan del gobierno del Presidente Luiz Lula da Silva es desviar el curso de las aguas hacia canales de irrigación para permitir el desarrollo en la región del noreste, la más pobre de Brasil.