El Arzobispo Emérito de Corrientes (Argentina), Mons. Domingo Salvador Castagna, recordó a las autoridades de la ciudad que es importante que "más allá de las ideas y creencias religiosas" se descubra "la verdad de lo que ha ocurrido y de sus responsables", en alusión al caso no resuelto del niño asesinado en octubre de 2006 (conocido como Caso Ramoncito), y que tendría como responsable a una secta satánica.
En su última alocución radial, el Prelado aseguró que el "pueblo correntino exhibe una religiosidad sostenida por expresiones propias que, en la medida de la fe auténtica, favorecen un comportamiento valeroso y admirablemente constante", pero si pierde "su fuerza inicial" se la "querrá suplantar por prácticas esotéricas y hasta diabólicas".
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Tras señalar que examinó una "información escalofriante sobre una secta satánica" que opera en la región y es la principal sospechosa del terrible asesinato del Caso Ramoncito, Mons. Castagna pidió que "se devele este misterio mediante el ejercicio de la justicia" y "se logre la paz en el corazón de un pueblo angustiado por causa de la demencia y del crimen no esclarecido".
"No me cabe más que alentar a quienes se han entregado a una investigación valiente y seria del acontecimiento macabro, su denuncia debe ocupar los espacios más representativos y responsables de la sociedad", aseveró.
Asimismo, el Prelado afirmó que actualmente se están difundiendo "prácticas culturales, totalmente opuestas a las diversas y legítimas liturgias cristianas", como "el culto a San la Muerte" y que "es deber de la predicación y de la catequesis" conectar "la fe popular a sus originales fuentes de alimentación".
"El descuido ha sido enorme y sus consecuencias recorren un radio de oscilación alarmante, el pueblo que es cristiano" tiene "derecho a ser constantemente evangelizado por su Iglesia" pues "de otra manera queda desamparado y a merced de aberraciones sectarias" o al "descenso irreparable a la incredulidad".
Como Caso Ramoncito es conocido el asesinato de Ramón Ignacio González el 8 de octubre de 2006, quien tenía 12 años cuando apareció violado, torturado y decapitado en las vías del ferrocarril de la estación de trenes de la ciudad de Mercedes.
Una niña de 14 años, quien fue obligada a presenciar el asesinato manifestó a los fiscales que el crimen fue un rito de una secta satánica "para obtener la purificación ofrendando un cuerpo joven a sus dioses". Según indican los fiscales, la secta además se dedica al tráfico sexual de niños y la venta de droga.