El semanario Alba recogió esta semana el testimonio de un testigo protegido en la investigación sobre cuatro clínicas abortistas de Barcelona donde se practicaban abortos ilegales sin límite de tiempo de gestación. El escalofriante relato parece, para la publicación, el guión de una película de horror.
"Trituradoras industriales ocultas bajo el mostrador de recepción de la clínica o junto a la sala de espera de las mujeres, para deshacerse de los cuerpos de los fetos-bebé de más de 24 semanas de gestación; desagües atascados por los restos humanos; señoras de la limpieza que administran fármacos o friegan ellas mismas los bisturís; anestesistas sin titulación y psiquiatras que firman informes médicos sin haber visto a la paciente. Esto, que podría ser utilizado para escribir el guión de una película gore de serie B, forma parte en realidad de la declaración que un testigo protegido ha hecho en el Juzgado 33 de Barcelona, declaración a la que ALBA ha tenido acceso", narra el semanario.
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En su testimonio, esta persona cercana al Dr. Carlos Morín, dueño de la clínica Ginemedex hoy preso, declara que "en diversas clínicas de este grupo se han realizado en los últimos años prácticas abortivas fuera de los supuestos permitidos por la legislación española", generando muchas ganancias a los abortuarios.
"Las pacientes que se someten a estos abortos ilegales pagan en dinero negro, aportan una cantidad oscilante entre tres mil y seis mil euros por intervención, pagan el dinero al contado, en un sobre que entregan al llegar a la clínica, y en ningún momento estas cantidades se declaran oficialmente", reveló la fuente.
Según Alba, "una de las razones por las que el Dr. Morín y su equipo pueden pagar caro actividades supuestamente delictivas es por la falsificación de los informes psiquiátricos, ya que, según el testigo protegido" se falsificaron informes psiquiátricos para justificar abortos.
Otra de las maneras de "legalizar" un aborto era mentir sobre supuestas violaciones sexuales. "En las hojas de enfermería constaba algún caso de estado avanzado de gestación en que se practicaba el aborto y que la causa que se alegaba era una supuesta violación", sostiene el testigo y aclara las motivaciones reales, fuera de la ley, por las que las mujeres solicitaban estos abortos en estados avanzados de gestación:
"En realidad, las motivaciones que tiene la gente para interrumpir estos embarazos de avanzados estados de gestación, fuera de los casos permitidos por la ley, son de lo más variados: algunas explicaban que se acababan de separar de su pareja y por eso abortaban, en otros casos no deseaban continuar con el embarazo por la presión de la familia, pero que en ningún caso en tantos años ha habido un embarazo que supusiera incompatibilidad con la vida por parte del feto", indicó.