Ante los hechos violentos sucedidos en la ciudad de Santa Cruz en el marco de las protestas tras la polémica aprobación el sábado pasado de la nueva Carta Magna boliviana por parte de la Asamblea Constituyente, y que han dejado como saldo cuatro muertos y al menos 130 heridos, el episcopado de este país ha lanzado un clamoroso llamado a poner fin a la violencia y buscar el diálogo, la paz y la reconciliación.
“Frente a los últimos hechos, sucedidos en Sucre, que hieren profundamente la convivencia fraterna en nuestro país, con el corazón lleno de dolor por las muertes injustas y el sufrimiento de tantos hermanos, hacemos un llamado vehemente de respeto a la vida, al cese de todos los enfrentamientos y a buscar la pacificación”, sostienen los obispos en un comunicado difundido ayer.
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El documento fue presentado este Domingo en una conferencia de prensa en la que participaron el Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), Arzobispo de La Paz, Mons. Edmundo Abastoflor; el Secretario general de la misma, el Arzobispo de El Alto, Mons. Jesús Juárez; y el Secretario general adjunto, P. Eugenio Escarpellini.
“Este debe ser el momento del diálogo y de la racionalidad, no de los enfrentamientos. ¡Debemos sentarnos como hermanos y plantear juntos nuestro futuro!”, sostienen los prelados.
Los miembros del episcopado señalan “a los grupos hoy enfrentados”, que “este no es el camino para construir un futuro para Bolivia; las heridas y la sangre siembran odio y seguirán dividiéndonos. Es necesario deponer las armas de la violencia y reconciliarnos entre todos”.
Asimismo piden a los responsables políticos, sociales y cívicos “que orienten a sus bases y que, superando visiones parciales, se pongan al servicio de la pacificación y el bien del país”.
“A las personas de paz, desconcertadas y desanimadas por los últimos acontecimientos”, los prelados exhortan “a mantenerse firmes en su postura de pacificadores” y piden apostar por la “construcción de un país por la vía del diálogo, en el respeto de la vida y la dignidad de toda persona, en la búsqueda del bien común y en la atención a los marginados y últimos de nuestra sociedad”.
Por último, hacen votos para que Dios “ilumine el corazón y la mente de todos los bolivianos” y para que no escatimen “ningún esfuerzo para superar este momento de dolor y división”.