El Observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Celestino Migliore, señaló que poner fin al conflicto palestino-israelí es el camino para promover la reconciliación y el entendimiento en toda la región.
"La aparentemente interminable lista de dificultades que separan a israelíes y palestinos nos puede llevar a ignorar los asuntos fundamentales que están en la base de los conflictos de esta región, tal como la falta de una voluntad política sostenida para llegar a una solución final", dijo Mons. Migliore.
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"En el corazón del asunto se encuentra el problema de la injusticia", agregó, y añadió que "posponer indeterminadamente la resolución de este conflicto negándose a negociar y a llegar a un compromiso razonable, sea por indecisión o por voluntad de mantener el status quo, es perpetuar la injusticia".
El Nuncio Apostólico subrayó que la centralidad del conflicto palestino-israelí "en la permanente inestabilidad del Medio Oriente y su impacto en toda la comunidad internacional no puede ser ignorado. El resolverlo contribuirá grandemente a poner fin a otras cuestiones en la región y a un mayor entendimiento entre los pueblos del mundo".
Mons. Migliore subrayó que la Santa Sede cree firmemente que la mejor solución es la creación de dos estados independientes.
"Mi delegación sinceramente espera que la conferencia internacional programada para fin de mes (en Estados Unidos) pueda mover el proceso de paz hacia su final, hacia la definición de acuerdos realistas que ambas partes estén dispuestas a implementar".
Finalmente, Mons. Migliore insistió en la preocupación de la Santa Sede sobre el estatuto de "la ciudad Santa de Jerusalén".
El Vaticano ha insistido en que Jerusalén debe ser una ciudad que se encuentre bajo un estatuto especial garantizado internacionalmente que permita la libertad de religión y de culto a las diversas denominaciones que encuentran en la ciudad un centro espiritual fundamental.