Durante un discurso dirigido este mediodía en la Sala Clementina a una delegación de la Federación Universitaria Católica Italiana (FUCI), el Papa Benedicto XVI recordó que ser cristiano en el mundo de hoy implica ser contracorriente.
En su discurso el Pontífice elogió a la FUCI por haber contribuido “a la formación de enteras generaciones de cristianos ejemplares, que han sabido traducir el Evangelio en la vida y con la vida, comprometiéndose en el ámbito cultural, civil, social y eclesial”. Al respecto recordó a los beatos Piergiorgio Frassati y Alberto Marvelli, así como a los políticos italianos Aldo Moro y Vittorio Bachelet, vilmente asesinados” y a Pablo VI, “que fue asistente eclesiástico central de la FUCI en los difíciles años del fascismo”.
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El Santo Padre destacó también “el testimonio convincente de la ‘posible amistad’ entre la inteligencia y la fe, que conlleva el esfuerzo incesante de conjugar la madurez en la fe con el crecimiento en el estudio y la adquisición del saber científico”.
Benedicto XVI subrayó que “el estudio es, al mismo tiempo, una oportunidad providencial para avanzar por el camino de la fe, porque la inteligencia bien cultivada abre el corazón del ser humano a la escucha de la voz de Dios, evidenciando la importancia del discernimiento y de la humildad".
"Tanto hoy como en el pasado, quien quiera ser discípulo de Cristo está llamado a ir contracorriente” y a no dejarse influenciar por mensajes que invitan “a la prepotencia y a la conquista del éxito con todos los medios”.
Tras poner de relieve que en la sociedad actual existe “una carrera a veces desenfrenada a la apariencia y al deseo de poseer en detrimento, por desgracia, del ser”, el Santo Padre aseguró que “la Iglesia, maestra en humanidad, no se cansa de exhortar especialmente a las nuevas generaciones, a las que pertenecéis, a estar atentas y a no temer a la hora de decidir caminos ‘alternativos’ que solo Cristo sabe indicar".