Al final del Ángelus, el Papa Benedicto XVI expresó su preocupación por las crecientes tensiones en la frontera entre Turquía e Irak, que podrían afectar el destino de miles de cristianos.
“Las noticias en estos últimos días relativas a los acontecimientos en la región de la frontera entre Turquía e Irak son fuente, para mí y para todos, de preocupación”. “Deseo –prosiguió- alentar todo esfuerzo para alcanzar una solución pacífica a los problemas que han surgido recientemente entre Turquía y el Kurdistán irakí”.
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El Santo Padre recordó especialmente “que en aquella región numerosas poblaciones han encontrado refugio para huir a la inseguridad y al terrorismo que han hecho difícil la vida en Irak en estos años”.
“Precisamente en consideración del bien de aquellas poblaciones, que incluye también a numerosos cristianos, auguro fuertemente que todas las partes se empeñen en favorecer soluciones de paz”, concluyó.