Durante el Ángelus de este domingo, que prosiguió a la beatificación de 498 mártires españoles, el Papa Benedicto XVI invitó a los cristianos del mundo a vivir los compromisos bautismales, especialmente el de la evangelización, hasta la entrega de la propia vida.
“La contemporánea inscripción en el elenco de loa Beatos de un número tan grande de mártires demuestra que el supremo testimonio de la sangre no es una excepción reservada sólo a algunos individuos, sino una eventualidad realista para todo el pueblo cristiano”, explicó el Pontífice.
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“Se trata en efecto –agregó- de hombres y mujeres de diversas edades, vocación, y condición social, que han pagado con la vida su fidelidad a Cristo y a su Iglesia”.
El Santo Padre recordó que el mes de octubre, “dedicado de manera particular al compromiso misionero, se cierra así con el luminoso testimonio de los mártires españoles, que vienen a sumarse al testimonio de Albertina Berkenbrock, Emmanuel Gómez Gonzáles, Adilio Daronch y Franz Jägerstätter, proclamados beatos los días pasados en Brasil y en Austria”.
“Su ejemplo testimonia que el bautismo compromete a los cristianos a participar con valor en la difusión del reino de Dios, cooperando si es necesario con el sacrificio de la propia vida”, subrayó el Santo Padre.
“No todos, ciertamente, están llamados al martirio cruento. Existe sin embargo un ‘martirio’ incruento, que no es menos significativo, como el de Celina Chludzinska Borzzcka, esposa, madre de familia, viuda y religiosa, beatificada ayer en Roma: es el testimonio silencioso y heroico de tantos cristianos que viven el Evangelio sin concesiones, cumpliendo su deber y dedicándose generosamente al servicio de los pobres”.
El Pontífice señaló que “este martirio de la vida ordinaria es un testimonio tanto más importante en las sociedades secularizadas de nuestro tiempo. Es la pacífica batalla del amor de cada cristiano, que como Pablo, debe infatigablemente combatir; la carrera por difundir el Evangelio que nos compromete hasta la muerte”.
“Que nos ayude y nos asista, en nuestro diario testimonio, la Virgen María, Reina de los Mártires y Estrella de la Evangelización.
Unas palabras para España
Al final del Ángelus, hablándole a la numerosa delegación española, el Pontífice saludó con afecto a los fieles de lengua española, “en particular, saludo a mis Hermanos Obispos de España, a los sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y fieles que habéis tenido el gozo de participar en la beatificación de un numeroso grupo de mártires del pasado siglo en vuestra Nación, así como a los que siguen esta oración mariana a través de la radio y la televisión”.
“Damos gracias a Dios por el gran don de estos testigos heroicos de la fe que, movidos exclusivamente por su amor a Cristo, pagaron con su sangre su fidelidad a Él y a su Iglesia. Con su testimonio iluminan nuestro camino espiritual hacia la santidad, y nos alientan a entregar nuestras vidas como ofrenda de amor a Dios y a los hermanos. Al mismo tiempo, con sus palabras y gestos de perdón hacia sus perseguidores, nos impulsan a trabajar incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia pacífica”.
“Os invito de corazón –prosiguió- a fortalecer cada día más la comunión eclesial, a ser testigos fieles del Evangelio en el mundo, sintiendo la dicha de ser miembros vivos de la Iglesia, verdadera esposa de Cristo”.
“Pidamos a los nuevos Beatos, por medio de la Virgen María, Reina de los Mártires, que intercedan por la Iglesia en España y en el mundo; que la fecundidad de su martirio produzca abundantes frutos de vida cristiana en los fieles y en las familias; que su sangre derramada sea semilla de santas y numerosas vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras”, concluyó.