Durante su reflexión semanal en el programa "Claves para un Mundo Mejor," Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, recordó "las Bienaventuranzas del Político" escritas años atrás por el recordado Cardenal Francisco Javier Van Thuan, mientras se intensifica el clima electoral en Argentina.
Durante su presentación, Mons. Aguer recordó que el Cardenal Francisco Javier Van Thuan fue un obispo vietnamita que pasó trece años en una prisión durante el régimen comunista de Vietnam, y que luego, liberado, fue nombrado por el Papa Juan Pablo II como Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz.
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"En esa tarea tratando con los poderosos del mundo", señaló el Prelado platense, el Cardenal vietnamita "elaboró unas Bienaventuranzas del Político fundándose en las Bienaventuranzas del Evangelio".
"Toda bienaventuranza tiene un mérito, algo que hay que vivir o cumplir y tiene un premio que es precisamente alcanzar la corona que Dios tiene destinada a los buenos servidores"; dijo Mons. Aguer, quien ofreció a los televidentes "leer este texto, casi sin comentarios o, quizás, alguna acotación marginal".
· "Bienaventurado el dirigente político que entiende su papel en el mundo". Parece una definición general pero señala el para qué está y cual es su función. Es decir que es un servidor de sus hermanos, de su país, de su pueblo.
· "Bienaventurado el dirigente político que ejemplifica personalmente la credibilidad". No la reclama sino que con su ejemplo se hace ejemplar.
· "Bienaventurado el dirigente político que trabaja por el bien común y no por intereses personales".
· "Bienaventurado el dirigente político que es sincero consigo mismo, con su fe y con sus promesas electorales".
· "Bienaventurado el dirigente político que trabaja por la unidad y hace de Jesús el apoyo de su defensa". "Aquí -comentó el Arzobispo- hay una nota típicamente cristiana, típicamente evangélica. El Cardenal Van Thuan se estaba refiriendo sobretodo a los políticos que se consideran cristianos o a los cristianos que se introducen en la arena política".
· "Bienaventurado el dirigente político que trabaja por el cambio profundo, desde las raíces, se niega llamar bueno lo que es malo y utiliza el Evangelio como guía". Esta es "una referencia a la moral natural: el bien es bien, el mal es mal. No se mezclan estas cosas y luego a lo propiamente cristiano: que un político tome el Evangelio como guía ¿Ustedes se imaginan lo que sería eso? ¿Qué mundo diferente sería el nuestro?", preguntó el Prelado.
· "Bienaventurado el dirigente político que escucha al pueblo antes, durante y después de la elecciones y que siempre escucha a Dios en la oración".
· Y finalmente "Bienaventurado el dirigente político que no tiene miedo de la verdad ni de los medios de comunicación, porque en el momento del juicio responderá sólo ante Dios, no ante los medios de comunicación".
Respecto de la penúltima bienaventuranza, el Arzobispo de la Plata observó que los políticos deben "recibir sin irritación las observaciones, las críticas, los aportes de aquellos que son los votantes y que son también los representados".
"Un político, un hombre de gobierno que ora, que tiene su corazón abierto a Dios, que distinto le resultarían todas las cosas. De qué manera diversa enfocaría su tarea cotidiana", concluyó.