El filósofo Gustavo Bueno denunció que la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE) funge de "colaboracionista" con el Estado al permitir que se enseñe en sus escuelas la polémica e ideologizada asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC), lo que en su opinión es "una vergüenza".
Según informa Análisis Digital, al presentar su último libro de 382 páginas, "La fe del ateo: las verdaderas razones del enfrentamiento de la Iglesia con el Gobierno socialista", el también catedrático de la Universidad de Oviedo indicó que está más de acuerdo con los planteamientos de la Conferencia Episcopal Española porque la Iglesia defiende el derecho y deber de los padres a educar a sus hijos y por lo tanto se opone al adoctrinamiento de los menores por parte del Estado con la EpC.
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Para el filósofo, este "colaboracionismo" de la FERE se debe a que sus miembros son "ignorantes en materia de teología", no conocen el concepto de ciudadanía, y se plantea en la asignatura de forma "absolutamente vaga".
Tras indicar que la mayoría de los centros de la FERE "dependen de subvenciones del Gobierno", Bueno opinó sobre 4 libros de EpC, a los que calificó en términos generales como "vomitivos", "ideología barata" o algo que "repugna".
Los manuales a los que refirió Gustavo Bueno son de las editoriales Santillana, Akal, Don Bosco (salesianos) y de SM (marianistas). Este último, escrito por José Antonio Marina, es una "cosa psicologista, vergonzosa, donde religión y ciudadanía se reducen a sentimientos subjetivos de convivencia" con prototipos de humanismo "muy lejanos", como Gandhi o Rigoberta Menchú.
Para Bueno, esta propuesta se debe al pensamiento de un "grupo de ideólogos" que "han creído que la sociedad es laica, que la religión es algo menor, que está muerta y solo es cultura". Según el experto, estos ideólogos actúan en grandes periódicos, "como en el grupo PRISA en tiempos", o en la Universidad e influyen sobre gente "indocta".
Como ejemplo de este tipo de personajes, Bueno mencionó a la ministra Mercedes Cabrera y al resto del Gobierno, quienes en su opinión son "gente muy mal preparada".
Finalmente rechazó que la religión sea algo privado, "sino que confesiones como el cristianismo y el Islam necesitan manifestarse públicamente por su vocación universal".