El Arzobispo Celestino Migliore, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU alentó durante la 62° Asamblea General de esta organización a que los gobiernos y las naciones cuiden la vida humana "a todo nivel y en todos los rincones del mundo".
Tras señalar que casi diez millones de niños mueren cada año por causas que pueden prevenirse con una adecuada atención sanitaria, el Prelado advirtió que "la comunidad global parece haber perdido el norte para asegurarle a todos el derecho a la atención de salud básica" y que es necesario concentrarse nuevamente en ella para alcanzar los Objetivos del Milenio y una mejor política de salud.
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Tras denunciar que "los gastos militares anuales superan el trillón de dólares" y que "se dedica mucho dinero a desarrollar tecnología que destruye vidas en nuestro planeta", Mons. Migliore propuso que para evitar que "esta situación empeore", las Naciones Unidas, "en cooperación con todos su estados miembros, tiene que renovar su compromiso con la preservación de toda vida a todo nivel y en todos los rincones del mundo".
Luego de reconocer que algunos países están contribuyendo al logro de los Objetivos del Milenio, pero otros no, el Arzobispo alentó "las reformas que promuevan la paz y la seguridad así como el respeto a la ley" para que así crezca "la inversión pública y privada".
"Las Naciones Unidas recibe cada vez más seguido el pedido para responder a distintos desafíos en todo el mundo. Para estar a la altura de las necesidad humanitarias, las Naciones Unidas debe seguir trabajando para promover acuerdos con la sociedad civil que generen una reacción humanitaria predecible y proactiva. Los estados miembros juegan un rol fundamental en cuanto a las crisis humanitarias. Dándoles acceso seguro e irrestricto a los trabajadores humanitarios, no solo cumplen con su responsabilidad de proteger, sino que también asegurar a quienes sufren las tragedias a que no sean victimizados".
Seguidamente el Nuncio Apostólico ante la ONU hizo un llamado a la libertad religiosa y a la lucha por la paz a través del diálogo entre las partes involucradas. Finalmente alentó a las Naciones Unidas a crecer en el compromiso de afrontar los desafíos de desarrollo, paz, seguridad y derechos humanos.