El Nuncio Apostólico en España, Mons. Manuel Monteiro de Castro, afirmó que la Iglesia es respetuosa de las demás religiones y, añadió, "a nosotros, los católicos, también nos gusta que nos respeten los demás, algo que a veces se olvida".
Estas declaraciones se dieron durante una conferencia en el Foro Joly, al ser preguntado por el uso del velo musulmán en las escuelas públicas. La Iglesia, aseguró, no ve "ningún inconveniente en que cada uno se muestre como es, porque un principio claro de nuestra religión es respetar todas las religiones".
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En ese sentido, añadió que la Iglesia también pide "que nos respeten a nosotros", al referirse al asesinato de seis sacerdotes a manos de radicales islámicos en Nigeria. "Todos los años tenemos decenas de sacerdotes asesinados en el ejercicio de sus funciones y no se da valor a su dedicación", expresó.
Asimismo, aunque recordó que "ningún agente diplomático se debe pronunciar sobre asuntos de política interna de un país", aclaró que, como en el caso de España, los obispos y los fieles tienen el derecho de pronunciarse sobre asuntos tan diversos como la asignatura de Educación para la Ciudadanía o la canonización de los mártires de la Guerra Civil.
Volver a valores fundamentales
En otro momento de su intervención, Mons. Monteiro de Castro exhortó a los europeos a volver a los valores fundamentales y a su relación con Dios, y rechazar que el aspecto religioso de la persona sea excluido de la vida pública y reducido a la esfera privada.
El Nuncio aseguró que la infelicidad de muchas personas se debe a que se han olvidado de Dios, influenciados por la "separación que la cultura posmoderna" ha producido entre el ser humano y su Creador.
Mons. Monteiro de Castro añadió que esta tendencia, extendida en Occidente, es consecuencia de querer prevalecer el bien material sobre Dios. El mito del progreso, expresó, ha traído en ocasiones "pesadillas como las guerras del siglo XX y el drama de algunas ideologías y regímenes totalitarios".
Finalmente, al referirse al papel de la diplomacia vaticana, el Prelado recordó que la Santa Sede posee "un enorme potencial de paz" sustentado en "las ideas y la cultura, que revolucionan la sociedad y mejoran las condiciones de vida de los hombres".