El sacerdote diocesano Nicholas Pillai Packiya Ranjith fue asesinado ayer por desconocidos en Sri Lanka, al explotar una mina controlada a distancia, al momento en que su vehículo pasaba sobre ella.
Según informa la agencia SIR, el P. Ranjith no era jesuita pero coordinaba las actividades del Jesuit Refugees Service (JRS), organización humanitaria internacional de los jesuitas en la diócesis de Mannar, capital de la provincia del mismo nombre ubicada al sur de la isla.
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Al momento del homicidio, el presbítero llevaba alimentos y bienes de primera necesidad al orfanato y al campo de refugiados de Vidathaltheevu.
Según informa el JRS de Colombo, la explosión sorprendió al sacerdote en una zona controlada por el grupo Liberación de la Patria Tamil. A bordo de la camioneta que portaba una bandera blanca también estaba el asistente del presbítero, el laico Christopher Jujin, quien se debate entre la vida y la muerte.
“No es claro todavía quién ha cometido el hecho pero al margen de quien sea responsable, condenamos firmemente estos actos de violencia contra inocentes”, indicaron desde el Obispado de Mannar. Asimismo, el Arzobispo de Colombo, Mons. Oswald Gomis, indicó que el “Padre Ranjith era un sacerdote sin miedo, joven y dinámico que siempre se había batido por la causa de la justicia. Su muerte es una pérdida irreparable para la familia entera del Jesuit Refugee Service”.