Antes de emprender su retorno al Vaticano el próximo miércoles 3 de octubre, el Papa Benedicto XVI se despidió hoy en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo de las autoridades eclesiales y civiles, comunidades religiosas y del personal encargado de la seguridad durante su estadía de dos meses en la residencia estival.
"Me gustaría detenerme a hablar con cada uno de vosotros –dijo el Santo Padre– y daros las gracias personalmente por la aportación, que con esmero y generosidad, ofrecéis al buen funcionamiento de la actividad del Papa aquí en Castelgandolfo", en la diócesis de Albano, a unos 20 kilómetros al sur de Roma.
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“A cada uno quisiera decir: el Papa cuenta con vuestro sostenimiento espiritual, y les acompaña con su oración, para que puedan adherirse con constante generosidad, a la exigente llamada a la perfección evangélica, para servir con alegría y decisión al Señor y a los hermanos”, dijo el Santo Padre.
En su breve y emotiva alocución, el Pontífice señaló que “a menudo se trata de tareas que a veces pasan desapercibidas y os obligan a horarios arduos y a permanecer lejos de casa muchas horas. De este modo, también vuestras familias participan de los sacrificios que tenéis que afrontar”
“Por eso, quisiera aseguraros nuevamente mi más vivo aprecio, que extiendo a vuestros familiares", concluyó.
Benedicto XVI arribó a Castelgandolfo la tarde del 27 de julio proveniente de Lorenzago de Cadore, en las montañas dolomitas, donde había transcurrido un periodo de estudio, oración y reposo.