La agencia Associated Press (AP) recogió las declaraciones de fuentes vaticanas que rechazan categóricamente las afirmaciones de una médica italiana que, sin haber accedido nunca a la historia médica del fallecido Pontífice, osó acusar al Papa Juan Pablo II de haber anticipado su muerte por “negarse” a recibir alimentación vía sonda.
En un artículo publicado en Italia, la anestesióloga Lina Pavanelli, cuestionó las rezones por las cuales Juan Pablo II recibió alimentación por sonda “sólo” a partir del 30 de marzo de 2005, tres días antes de morir. Pavanelli señaló que el Pontífice claramente necesitaba este tipo de nutrición desde antes.
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La italiana causó revuelo al afirmar en su artículo que el Papa habría optado por no recibir una alimentación adecuada, debilitarse y finalmente morir en un presunto caso de “suicidio asistido”.
Sin embargo, las fuentes vaticanas consultadas por AP aclararon que el Papa sí recibió alimentación por sonda desde antes del 30 de marzo, pero ese día se hizo el anuncio formal.
Para estas fuentes, los cargos de Pavanelli carecen de seriedad alguna porque –como ha reconocido- no ha tenido acceso a los récords médicos del Pontífice y basa sus acusaciones solo en artículos periodísticos.
Al mismo tiempo, el sacerdote Thomas Williams, teólogo radicado en Roma, recordó a CBS News que “la eutanasia es la aceleración intencional de la muerte de una persona. Pienso que decir que intencionalmente se aceleró la muerte del Papa Juan Pablo II es realmente fantasioso”.
“He hablado con muchos médicos en Italia y Estados Unidos sobre y no hay consenso. Pavanelli definitivamente está con la minoría que piensa que el tubo debió aplicarse antes. De hecho, el tubo solo se inserta cuando un paciente no puede recibir alimentos o líquido por sus propios medios. El Papa pudo hacerlo hasta muy poco tiempo antes de morir”, agregó.
“A todos les gusta una teoría de la conspiración, especialmente cuando se trata de la Iglesia Católica. Recuerdo que en 1978, cuando murió el Papa Pablo VI, todos comenzaron a lanzar teorías sobre un envenenamiento o asesinato. Lo mismo ocurrió con la muerte de Juan Pablo I, por eso no estoy realmente sorprendido”, indicó.