Al proseguir durante la Audiencia General de hoy su catequesis sobre San Juan Crisóstomo, el Papa Benedicto XVI afirmó este gran padre de la Doctrina Social de la Iglesia “entendió que no era suficiente dar limosnas” y “ayudar a los pobres”, sino que se necesitaba “crear una nueva estructura, un nuevo modelo de la sociedad basado en la visión del Nuevo Testamento”.

Ante más de 20 mil feligreses presentes en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre continuó esta mañana el ciclo de catequesis sobre los Padres Apostólicos, esta vez sobre algunos aspectos del pensamiento de San Juan Crisóstomo, nombrado en el 397 obispo de Constantinopla, capital del imperio romano de Oriente.

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Al comentar los Hechos de los Apóstoles, señaló el Pontífice, este Padre de la Iglesia  propone "el modelo de la Iglesia primitiva, como modelo de la sociedad, desarrollando una ‘utopía social’, la idea de una ciudad ideal, tratando de dar un alma y un rostro cristiano a la ciudad”.

Es decir, Crisóstomo –llamado ‘el Limosnero’ por su solicitud con los pobres y por haber creado apreciadas instituciones caritativas, recordó el Papa– “entendió que no era suficiente dar limosnas, ayudar a los pobres, caso por caso, sino que era necesario crear una nueva estructura, un nuevo modelo de la sociedad basado en la visión del Nuevo Testamento. Por eso, podemos considerarle uno de los grandes padres de la Doctrina Social de la Iglesia”, señaló Benedicto XVI.

Con Pablo, continuó, “sostenía el primado de la persona, incluido el esclavo y el pobre”, contrastando con la estructura de la polis griega donde “vastos sectores de la población estaban excluidos del derecho de ciudadanía”, mientras “en la ciudad cristiana todos son hermanos y hermanas con los mismos derechos”. 

Sagradas Escrituras, carta de Dios al hombre

Tras anotar en su alocución que de este Padre “se dice que Dios hizo ver en él un segundo Pablo, un doctor del Universo”, el Pontífice señaló los cuatro pasos que, según Crisóstomo, Dios da en su obra de salvación.

Para el “Boca de Oro”, el relato creacional del Génesis “guía a los fieles de la creación al Creador" que es, además, "el Dios de la condescendencia que envía al ser humano caído y ajeno una carta, las Sagradas Escrituras". Al final, "es Dios mismo quien baja hacia nosotros, se encarna, muere en la Cruz, se transforma realmente en Dios con nosotros, en hermano nuestro".

"A estos tres pasos: Dios visible en la creación, Dios nos escribe una carta y Dios baja y se convierte en uno de nosotros, se une al final un cuarto, dentro de la vida y la acción del cristiano, el principio vital y dinámico del Espíritu Santo, que transforma la realidad del mundo. Dios entra en nuestra existencia y nos transforma desde dentro".

En su catequesis, Benedicto XVI anotó que "a pesar de su bondad”, San Juan Crisóstomo “se vio envuelto a menudo en intrigas políticas, por sus continuas relaciones con las autoridades y las instituciones civiles y fue condenado al exilio", muriendo en el 407.

Concluida la audiencia, Benedicto XVI retornó a su residencia en Castelgandolfo.