En un mensaje dirigido al Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Cardenal Walter Kasper, con motivo del 10º Simposio Intercristiano entre Católicos y Ortodoxos, el Papa Benedicto XVI señaló que, aunque verdadera, la comunión es aún imperfecta, y que todos miramos con esperanza el “día bendito” de su plenitud para concelebrar la única Eucaristía.
La iniciativa ecuménica, organizada cada dos años por el Instituto Franciscano de Espiritualidad de la Universidad Pontificia Antonianum y por la Facultad de teología de la Universidad Aristóteles de Tesalónica, busca investigar el patrimonio común de la fe y las tradiciones entre católicos y ortodoxos.
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El tema del presente evento, que se celebra del 16 al 19 de septiembre en la isla de Tinos (Grecia), es "San Juan Crisóstomo, puente entre Oriente y Occidente" y coincide con el 1600 aniversario de la muerte del santo, considerado Padre de la Iglesia tanto en Oriente como en Occidente.
Según el Santo Padre, este simposio contribuirá "a sostener y corroborar la comunión verdadera, aunque imperfecta, existente entre católicos y ortodoxos para que se pueda llegar a la plenitud que nos permitirá concelebrar un día la única Eucaristía".
"Todos miramos con esperanza –expresa el Pontífice en su mensaje– a ese día bendito, organizando también iniciativas provechosas cómo ésta".
El Papa señala asimismo que "la cooperación ecuménica en el ámbito universitario contribuye a mantener viva la tensión hacia la deseada comunión entre todos los cristianos".
San Juan “Boca de Oro”
Benedicto XVI se refiere después a San Juan Crisóstomo, "valeroso, iluminado y fiel predicador de la Palabra de Dios, extraordinario hermeneuta, hasta el punto de que desde el siglo V se le llama Crisóstomo, es decir Boca de Oro, cuya aportación a la liturgia bizantina todos conocen" y cuyos restos, "después de complicadas vicisitudes históricas, descansan desde 1626 en la basílica de San Pedro".
“En 2004, mi venerado predecesor Juan Pablo II –escribe–, donó una parte de sus reliquias a Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé I, de manera que tanto en la basílica vaticana como en la iglesia de San Jorge al Fanar se venerase a este gran Padre de la Iglesia”.