Al recibir esta mañana en Castelgandolfo las cartas credenciales del nuevo embajador de la República Eslovaca, Jozef Dravecky, el Papa Benedicto XVI aseguró que “las familias fuertes se construyen sobre la base de matrimonios fuertes” y que las sociedades fuertes se construyen sobre la base de familias fuertes”.
"La familia -afirmó- es el núcleo en el que la persona aprende primero el amor humano y cultiva las virtudes de la responsabilidad, generosidad y fraternidad. Las familias fuertes se construyen sobre la base de matrimonios fuertes. Las sociedades fuertes se construyen sobre la base de familias fuertes”.
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Al respecto, el Santo Padre precisó que “en realidad, todas las comunidades civiles deberían hacer lo posible por promover políticas sociales y económicas que ayuden a los matrimonios jóvenes y faciliten su deseo de formar una familia".
Profundizando en el tema, el Pontífice subrayó que "el Estado no puede ser indiferente al matrimonio, sino que debe reconocer, respetar y apoyar esta venerable institución como una unión estable entre un hombre y una mujer que desean abrazar un compromiso de amor y fidelidad para toda la vida".
Libertad de educación
En su alocución ante Dravecky, Benedicto XVI abordó asimismo el tema de la educación y afirmó que "es importante que los Estados sigan garantizando a la Iglesia la libertad para instituir y administrar escuelas católicas, permitiendo a los padres elegir medios educativos que promuevan la formación cristiana de sus hijos.
“Una educación sólida –apuntó el Pontífice– que alimente todas las dimensiones de la persona humana, incluyendo la religiosa y espiritual, son interés de la Iglesia y del Estado. De este modo, los jóvenes pueden adquirir hábitos que les capaciten para cumplir sus deberes cívicos mientras entran en la edad adulta".
Por último, el Papa se refirió al “rico patrimonio cultural y espiritual” de Eslovaquia asegurando que tiene “una gran fuerza para revitalizar el alma del continente europeo" y mencionando el derecho a la vida, la libertad religiosa y la libertad para realizar un servicio caritativo al prójimo, señaló que "esos valores esenciales son imprescindibles para construir una Unión Europea pacífica y justa".