El Arzobispo de Manila, Cardenal Gaudencio Rosales, y el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, Arzobispo Ángel Lagdameo, coincidieron en que la sentencia de cadena perpetua impuesta este miércoles al ex presidente filipino Joseph Estrada por corrupción es una advertencia para todos los funcionarios públicos.
El veredicto debería ser "un recordatorio constante para las personas electas o designadas para servir un mandato", dijo el Cardenal Rosales, quien añadió que "la moral en esto es 'ser moral'".
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El Arzobispo de Manila indicó asimismo que debería respetarse la ley y que el proceso de apelación debería celebrarse "en lugar de resolver el asunto en las calles o en otro sitio".
Por su parte, Mons. Lagdameo declaró que el organismo episcopal interpreta la decisión del Tribunal Anticorrupción como "un momento para el arrepentimiento y el cambio, que afecta no sólo a la persona de Estrada sino a muchos otros en el Gobierno. Se trata de una advertencia".
El Tribunal impuso a Estrada, depuesto del cargo presidencial en enero de 2001, 40 años de cárcel por dos acusaciones de corrupción. Asimismo ordenó devolver al Estado 86 millones de dólares.