La madre de la primera bebé europea sometida a una cirugía fetal, espera que el exitoso desenlace de su historia sirva para que “los casos de aborto disminuyan y se dé la oportunidad de vivir a los niños” diagnosticados con malformaciones.
María José –su apellido no ha sido revelado– dio a luz hace a unos días a su hija, operada en su vientre para corregir un problema de espina bífida, una malformación que puede causar parálisis en miembros inferiores, alteraciones neurológicas, problemas de control de esfínteres, hidrocefalia y retraso mental.
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La niña se llama María y nació a las 33 semanas de embarazo. El 31 de julio, cuando tenía 27 semanas de gestación fue operada en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla en un procedimiento emprendido por médicos españoles con el asesoramiento de especialistas de Brasil y Estados Unidos.
La madre, que se recupera de la cesárea, sabe que su caso es “muy importante” para las familias con este problema, y puede permitir que haya "más niños con posibilidades de nacer".
“Que los padres no tomen la decisión de abortar”, pidió la mujer y recordó que con su esposo nunca consideraron esa posibilidad.
La niña, pesó 2,075 kilos y mide 40 centímetros de altura. Los médicos aseguran que se encuentra “muy bien”, tolera todo y se mueve, descartando la posibilidad de una parálisis.