El Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Mons. Elio Sgreccia, denunció como “hecho monstruoso” la norma aprobada ayer en Inglaterra por la Human Fertilisation and Embryology Authority (HFEA), que permite la creación de embriones humano-animales con el supuesto fin de extraer células estaminales para el tratamiento de enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.

Con esta nueva regulación, que incluyó una encuesta “de apoyo” a dos mil personas sin conocimiento del tema, en principio tres equipos de científicos ingleses: el del Kings College London, el del North East England Stem Cell Institute (NESCI), y uno dirigido por Ian Wilmut –cuyo equipo clonó a la oveja Dolly– iniciarían los experimentos para introducir ADN humano en un óvulo animal para generar así un embriones “citoplasmáticos híbridos”, que serían 99,9 por ciento humano y 0,1 por ciento animal.

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Los investigadores arguyen que esta macabra norma tiene su asidero en la escasez de óvulos humanos para la investigación. Ante este panorama, Mons. Sgreccia explicó que hasta el día de hoy todos los códigos internacionales excluían este tipo de manipulación genética “por la ofensa a la dignidad humana” que conlleva realizarla, “por el riesgo de producir monstruos y por lo mismo, por el factor moral altamente significativo”.

Que “este nuevo gobierno inglés haya cedido a un pedido de un grupo de científicos, me parece que va contra el parecer de la mayoría de los ciudadanos y ciertamente contra la moral, no solamente la católica o de otros grupos religiosos o defensores de la vida, sino sobre todo contra la moral racional, que hasta ahora está bastante clara en todas los tratados internacionales”, indicó el Prelado.

Tras afirmar que las justificaciones de los científicos son “meras excusas” para defender lo indefendible, el Obispo precisó que “en todo caso, cuando el experimento es inhumano, cuando es ilícito dada los problemas racionales que conlleva, éste no se puede realizar, ni siquiera por la esperanza de lograr algún éxito”.

“Los éxitos, si existen, deben proceder de un medio humano. El bien debe ser hecho con medios buenos, de otro modo estamos aplicando el maquiavelismo más puro a la ciencia y a la experimentación científica cuando lo que está en juego es la dignidad humana”, subrayó.

Asimismo, el Presidente de la Pontificia Academia para la Vida recordó que “la experimentación sobre el ser humano vivo con su subsiguiente supresión hasta ahora solo se había realizado en los campos de concentración, hecho que ha sido condenado unánimemente por todo el mundo. Estos experimentos están prohibidos por el Código de Nuremberg y la Declaración de Helsinki. Es importante resaltar que ahora que algunos laboratorios van a realizarlos, no significa que se conviertan en lícitos”.

Repudio unánime

Por su parte, el Presidente del Departamento de Responsabilidad Cristiana y Ciudadanía de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, Mons Peter Smith, destacó que “los seres humanos tienen una sola naturaleza, específicamente separada de los animales” por lo que nadie debería preguntarse si es “correcto traspasar los límites de las especies y tratar de mezclar las naturalezas humana y animal”.

Para el también Arzobispo de Cardiff, “en vez de promover un tipo de investigación problemático éticamente, ¿Por qué no se alienta la investigación con las células estaminales adultas que no genera controversias? La Iglesia Católica no está en contra de este tipo de investigación y anima la que se hace con células estaminales extraídas de la sangre y el cordón umbilical”, procedimientos que hasta el momento sí han demostrado resultados positivos en este campo.

En opinión del experto en genética y Codirector del Instituto de Investigación de Células Estaminales San Raffaele de Milán, Angelo Vescovi, “existen fortísimos intereses económicos. Si el modo de producir células para la terapia, a través de la clonación, pasa por este tipo de experimento, todos los enfoques se concentran allí. A los grupos financieros que los respaldan les interesa sobremanera que sea así. No les importa que existan alternativas, probablemente más seguras y más eficaces”.

tipo de experimentación no aporta ninguna ventaja