Al recibir esta mañana a los obispos de la Conferencia Episcopal de Laos y Camboya en visita "ad Limina", el Papa Benedicto XVI afirmó que por ser Jesucristo la Buena Nueva para todo ser humano que busca “el sentido de la existencia y la verdad de su humanidad”, en su anuncio “la Iglesia no quiere imponerse, sino que da testimonio de su estima por el ser humano y por la sociedad donde vive”.
Tras referirse a la reciente celebración del 450º aniversario de la presencia de la Iglesia en Camboya, el Santo Padre aseguró que “Jesús es la Buena Nueva para los hombres y mujeres de todo tiempo y lugar que buscan el sentido de la existencia y la verdad de su humanidad. Y anunciándolo a todos los pueblos, la Iglesia no quiere imponerse, sino que da testimonio de su estima por el ser humano y por la sociedad donde vive”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“En el contexto social y religioso de vuestra región –recalcó el Pontífice– es sumamente importante que los católicos manifiesten su propia identidad, respetando siempre las otras tradiciones religiosas y las culturas de los pueblos. Esta identidad debe expresarse ante todo a través de una experiencia espiritual auténtica, que se basa en la acogida de la Palabra de Dios y en los sacramentos de la Iglesia”.
Al referirse a las prioridades del episcopado en esa región, el Papa subrayó, entre otras, "la formación de los fieles, sobre todo la de los religiosos y catequistas", porque "su papel para la vitalidad de las comunidades cristianas es de gran importancia". Además, agregó, "teniendo una sólida fe cristiana pueden entablar un diálogo auténtico con los miembros de otras religiones para cooperar en la construcción de vuestros países y promover el bien común".
Al final de su alocución, el Papa reconoció el esfuerzo de la valerosa comunidad eclesial en la región en su compromiso con los más desfavorecidos, recordando a los prelados la importancia de que “la actividad caritativa de la Iglesia mantenga todo su esplendor y no se diluya en una organización asistencial genérica, convirtiéndose simplemente en una de sus variantes".