El Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), Mons. Roberto Lückert, advirtió que la reforma constitucional del Presidente Hugo Chávez es un diálogo de sordos porque no se atienden los pedidos de la oposición, e indicó que el objetivo del mandatario es tener una Constitución “roja rojita” que esté a favor de su grupo y no de Venezuela.
“El Presidente dijo públicamente que la nueva Constitución es roja rojita, lo que quiere decir que no es una Constitución para Venezuela sino para el grupo que está con el ‘proceso’”, declaró el Prelado al diario La Verdad; a la vez que recordó que “la Constitución es la Carta Magna de todos los venezolanos y no debe ser roja rojita, debe ser amarillo, azul y rojo”; los colores de la bandera venezolana.
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El Vicepresidente de la CEV también criticó el “parlamentarismo de calle”, que es llevar simpatizantes en buses a los actos oficialistas con el fin de hacer creer que hay un respaldo mayoritario. Existe un “diálogo entre sordos”, expresó, “porque la oposición o los que adversan el proceso parece que no tienen nada que hacer porque los atropellan”.
En la entrevista, el Prelado se refirió a las reivindicaciones laborales propuestas en el texto chavista, las cuales solo buscarían captar votos ya que la aprobación o rechazo de la reforma será en bloque y no por segmentos, como pide la oposición.
“Es un caramelo que nos han puesto allí, porque quién puede oponerse a que se reduzca la jornada laboral” y se den otros beneficios sociales, advirtió Mons. Lückert; e indicó que dichos votos permitirán a Chávez “decir al final que un 70 por ciento de la población venezolana votó a favor de él”.
“Pero la población no quiere que se quiebre la alternabilidad democrática en este país, los venezolanos quieren que el Presidente deje el poder al cabo de su período y le dé paso a otros muchos dirigentes de su grupo y de quienes lo adversan. Lo más grave de esta reforma es el anhelo de poder que tiene el Presidente de la República”, denunció.
Por otro lado, el Prelado expresó su temor de que las milicias populares se conviertan en aparatos represivos del Estado pues “eso lo dice la misma letra de la propuesta, que son para los enemigos externos e internos del proceso”. “Yo le tengo mucho temor a esas milicias populares, que se retraten en Rusia y en Cuba, lo que estas milicias suponen y hacen, y los atropellos a las libertades”, advirtió.
El también Arzobispo de Coro alertó que quitar la autonomía al Banco Central de Venezuela a favor del Presidente puede alentar la corrupción, pues “considero que alrededor de él no están los mejores”; además que es más poder para Chávez “y eso no le conviene al país”.
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