"La familia está herida, hagamos que sea la célula vital de la sociedad”, respondió el Santo Padre a uno de los jóvenes que le preguntó sobre esta realidad en el encuentro que sostuvo que más de 500 mil muchachos provenientes de toda Italia. “La familia debe ser el lugar en el que se aprende a vivir”, precisó el Papa.
Respondiendo a la misma pregunta, el Santo Padre dijo también que “en la Iglesia no hay periferias, porque donde está Cristo todo está al centro. La sociedad de hoy necesita de la solidaridad, la creatividad, la vitalidad de todos porque para Dios no hay periferias”.
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Al contestar luego otra interrogante sobre los cambios en el mundo, Benedicto XVI afirmó que "el mundo está cambiando y ésta es la misión de la juventud: cambiarlo, y ésta es la esperanza de todos”, para luego exhortar a todos los presentes a “ser protagonistas” y “cambiar el mundo” además de no conformarse con la sociedad y esforzarse constantemente en esta misión.
”Es difícil hablarle a quien cree que Dios es un patrón y que la Iglesia es una institución que limita la libertad e impone las prohibiciones”, respondió el Papa a una joven que le preguntó qué cosa hacer en un mundo en donde muchos jóvenes ven una Iglesia como un simple juez que se opone a sus deseos de amor.
“Debemos hacer ver que la Iglesia no es un centro de poder. Hace falta sacar estas etiquetas y decir que en realidad es una comunidad y un acompañamiento en la que los problemas de la vida de todos son afrontados con alegría y libertad”, agregó el Pontífice.