El Obispo de Tarazona, Mons. Demetrio Fernández, describió al recientemente fallecido sacerdote experto en espiritualidad de la Iglesia, Baldomero Jiménez Duque, como "una de las figuras gigantes de la Iglesia española del siglo XX" y expresó su deseo de que la Iglesia "pudiera canonizarlo pronto".
Mons. Fernández, quien en su última carta destaca su "intensa y profunda" relación con el especialista en teología mística durante el Siglo de Oro español, asegura que "estamos ante una de las figuras gigantes de la Iglesia española del siglo XX". "Pequeño de estatura, de alma grande, hombre sabio y prudente, de los que ilustran a la Iglesia, porque son una lámpara luminosa para quienes se han acercado hasta él", apunta.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En su misiva titulada "Un gigante de la Iglesia", el Obispo subraya que como sacerdote diocesano, Jiménez Duque ha sido "pionero en vivir y enseñar la identidad del sacerdote diocesano" y que como formador de sacerdotes, "generaciones enteras" de ellos "han encontrado en él un faro luminoso en épocas de oscuridad".
"Don Baldomero abrió caminos para que el sacerdote diocesano encontrara la santidad en el propio ministerio, y atraía a jóvenes sacerdotes y seminaristas incluso en su avanzada ancianidad. Amó a la Iglesia como se ama a una esposa, en la prosperidad y en la adversidad, todos los días de su vida", subraya Mons. Fernández.
Tras asegurar que se trata "de los mejores expertos en los autores místicos del siglo de oro español, sobre todo en santa Teresa de Jesús, san Juan de la Cruz y san Juan de Ávila", el prelado español indica que como director de almas, "ha sintonizado y acompañado a muchos de los santos contemporáneos".
"Yo le he tenido por santo, y como tal he acudido a él en muchas ocasiones. Nunca me ha defraudado. Del encuentro con él he salido siempre estimulado a vivir de lo esencial y a tener el mundo bajo los pies", continúa.
Por ello, concluye, "me gustaría que la Iglesia madre pudiera canonizarlo pronto y lo pusiera como una lámpara que alumbra a todos los de la Casa. La luz perpetua que brilla sobre él podrá seguir iluminando a todos los que se acerquen a él".