Al recibir esta mañana a un nutrido grupo de jóvenes españoles de la “Misión Joven”, encabezados por el Cardenal Antonio María Rouco Varela y acompañados por la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el Papa Benedicto XVI destacó que al joven de hoy hay que anunciarle a Jesucristo y a la Iglesia sin temor.
Hablando en español, el Pontífice agradeció el testimonio de fe presentado por algunos jóvenes participantes del proyecto y felicitó “el entusiasmo de salir al descubierto y comprobar con sorpresa que, contrariamente a lo que muchos piensan, el Evangelio atrae profundamente a los jóvenes; el descubrir en toda su amplitud el sentido eclesial de la vida cristiana; la finura y belleza de un amor y una familia vivida ante los ojos de Dios, o el descubrimiento de una inesperada llamada a servirlo por entero consagrándose al ministerio sacerdotal”.
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El Santo Padre señaló que al visitar los santos lugares de Roma, “habréis podido entender mejor por qué la fe en Jesucristo, al abrir horizontes de una vida nueva, de auténtica libertad y de una esperanza sin límites, necesita la misión, el empuje que nace de un corazón entregado generosamente a Dios y del testimonio valiente de Aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida”; especialmente “cuando a vuestro alrededor veis a muchos que lo han olvidado o que se desentienden de Él, cegados por tantos sueños pasajeros que prometen mucho pero que dejan el corazón vacío”.
El Papa animó a los jóvenes misioneros a “perseverar en el camino emprendido”: “No dejéis de cultivar vosotros mismos el encuentro personal con Cristo, de tenerlo siempre en el centro de vuestro corazón, pues así toda vuestra vida se convertirá en misión; dejaréis trasparentar al Cristo que vive en vosotros”.
“Como jóvenes –prosiguió–, estáis por decidir vuestro futuro. Hacedlo a la luz de Cristo, preguntadle ¿qué quieres de mí? y seguid la senda que Él os indique con generosidad y confianza, sabiendo que, como bautizados, todos sin distinción estamos llamados a la santidad y a ser miembros vivos de la Iglesia en cualquier forma de vida que nos corresponda”.
os acompañe y os haga ser fieles a los compromisos