Las autoridades de la Iglesia en México, miles de feligreses y la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI) condenaron enérgicamente la cobertura periodística de la muerte del misionero norteamericano Richard Junius Sander, asesinado el pasado 29 de julio a causa de su oposición a los centros de corrupción de menores que operaban en su territorio parroquial.
El sacerdote fue hallado por la policía local en su habitación cuando los bomberos fueron llamados a su parroquia a causa de un incendio menor que consumía una de las imágenes.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El sacerdote fue descubierto atado de pies y manos y estrangulado.
Parte de la prensa mexicana ha venido cubriendo el asesinato como un episodio en el que estarían involucrados “actos de inconducta sexual”; que han sido negados enérgicamente por los feligreses y por la Congregación del misionero.
En una carta conjunta, el Superior provincial de los Oblatos de María Inmaculada, el P. Vicente Louwagie, y el Consejo Parroquial de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, expresan “su indignación por el morboso y perverso manejo informativo que han dado algunos periodistas a la violenta muerte del Reverendo Padre Ricardo Junius Sander”.
“El trato cotidiano con él tiene mayor peso que los infames comentarios de quienes tratan de calumniarlo y crear una distorsionada imagen de su persona, a partir de fotografías que no revelan otra cosa que una tortura criminal antes de su muerte”, dice la carta; y explica que “el sacerdote fue torturado y asesinado como venganza por haber denunciado ante las autoridades los abusos de un centro de vicio y corrupción donde se expedían bebidas alcohólicas a menores de edad, ubicada a una cuadra del templo”.
“Rechazamos por esta razón cualquier tipo de supuestos y especulaciones en tanto la Procuraduría General de la República no pronuncie su última palabra sobre este cobarde crimen, y no estén en la cárcel los responsables y sus cómplices, aunque estos sean autoridades policiales”, agrega la carta.
“Los Misioneros Oblatos de María Inmaculada y la comunidad parroquial lamentamos la muerte violenta de nuestro hermano y pastor, y condenamos a quienes tratan de manchar su memoria y constante labor a favor de los pobres y de la comunidad”, concluye.
El P. Junius, de 76 años, era un sacerdote muy apreciado en la capital mexicana.
Durante sus años como misionero fundó diversas parroquias en las zonas más pobres de la ciudad. Además era conductor del programa católico del canal Mariavisión, “Principios”.