El Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, llamó a políticos, empresarios y trabajadores a adoptar una “actitud nueva” para afrontar los desafíos del país, ejercitando la solidaridad y subsidiaridad en las relaciones entre los diferentes actores.
“La actitud nueva reclama de todos los peruanos un suplemento de esfuerzo para lograr un verdadero salto de calidad de vida –espiritual y material- que llegue a las mayorías”, afirmó el Purpurado durante el Te Deum realizado en la Catedral de Lima por el 186º aniversario de la independencia del Perú, y en el que estuvieron presentes el Presidente Alan García, ministros, embajadores, entre otros.
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En su homilía, el Cardenal Cipriani llamó a ejercer la solidaridad de manera más activa, especialmente por parte del Estado, dada la “actual situación de bonanza económica que vive el Perú y que a dotado al Gobierno nacional y gobiernos locales de mayores recursos”. “Al darle gracias a Dios, debemos mirar esta situación y analizarla con prudencia, que no significa inacción, sino por el contrario: exige una acción reflexiva y decidida”, señaló.
En ese sentido, destacó el esfuerzo realizado en los últimos años para lograr el actual crecimiento económico. Sin embargo, advirtió que “ello no basta porque el desarrollo material debe ser más equitativo e ir de la mano del desarrollo espiritual y moral”.
Asimismo, el Purpurado explicó que el desarrollo y la mejora de la calidad de vida son cambios graduales que requieren orden y disciplina; y no cambios por ruptura o saltos al vacío, que “sólo aturden, prometen futuros de sueños mejores y someten siempre a los demás por la mentira y la violencia”. Trabajemos unidos para desterrar “todas sonda de violencia, de terror y de mentira. Están frescas en nuestras memorias los oscuros años del terrorismo”, recordó.
Por ello, llamó al Estado, empresarios y trabajadores, a asumir una actitud nueva basada en la solidaridad y subsidiaridad, para que cada uno desde su rol promueva “una mayor equidad con desarrollo sostenido”. “El núcleo de esta novedad está en la confianza” que a la vez exige una actitud honesta de todas las partes, explicó.
De esta manera, indicó, el Estado debe convertirse en impulsor de la inversión pública, eliminando la mentalidad controlista y las trabas, y promoviendo la transparencia en el uso de los recursos. “Una mejor atención de la salud no debe esperar ni debe someterse a numerosas instancias burocráticas; la modernización de la educación debe continuar con eficiencia y firmeza”, señaló.
Asimismo, pidió a los trabajadores “estrenar una nueva actitud y promover su presencia en el sistema productivo”. Explicó que los sindicatos deben defender sus gremios sin que éstos se conviertan en expresiones de partidos políticos que luchan por el poder.
Al dirigirse a los empresarios, les pidió añadir a la búsqueda de utilidad económica individual el concepto de utilidad social. “El empresariado debe intervenir, como parte de su responsabilidad social, en el seguimiento y ejecución de algunas políticas sociales y especialmente en el desarrollo de los recursos humanos de la empresa”, indicó.
Finalmente, tras recordar a los medios de comunicación su papel como promotores de valores, pidió a Nuestra Señora de la Evangelización que “guíe este caminar de nuestra patria por el sendero de paz, progreso y justicia social en esta nueva evangelización”.
La homilía completa puede leerse en: http://www.arzobispadodelima.org/palabras/2007/pd280707.html