Tras haber rezado el Ángelus dominical en su residencia de verano en Castelgandolfo, el Papa Benedicto XVI hizo un llamado a favor de los 22 ciudadanos surcoreanos que aún se encuentran secuestrados por milicianos talibanes en Afganistán y pidió poner fin a todo tipo de secuestro.
“Se difunde entre los grupos armados la praxis de instrumentalizar a personas inocentes para conseguir ciertos fines”, dijo el Papa. “Se trata de graves violaciones de la dignidad humana que contrastan con toda norma elemental de civilización y de derecho y ofenden gravemente la ley divina”.
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El Pontífice concluyó dirigiéndose a “los autores de tales actos criminales” para que “desistan del mal realizado y restituyan con bien a sus víctimas”.
El pasado jueves 19, un grupo de 23 misioneros surcoreanos fueron tomados como rehenes por rebeldes talibanes al sur de la capital afgana, Kabul. Posteriormente, el miércoles 25, los secuestradores asesinaron a balazos a uno de los secuestrados, un pastor protestante de 42 años, Bae Hyung-kyu, cuyo cadáver fue más tarde encontrado con diez orificios de bala.