El Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta, afirmó que los niños y adolescentes, con respuestas simples y directas, han expresado su deseo de ser actores de la vida de la Iglesia y por ello se ha creado el Secretariado Diocesano para la Niñez y la Adolescencia, que brindará el apoyo necesario a las parroquias y grupos.
Las inquietudes de los menores fueron expuestas durante el Sínodo de los Niños y Adolescentes, realizado en el marco del II Sínodo Diocesano de San Cristóbal, que reunió a cerca de 400 representantes parroquiales.
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El objetivo del encuentro fue recoger sus respuestas a cuatro preguntas: ¿Cómo ven los niños y adolescentes a la Iglesia? ¿Qué me gusta de mi parroquia? ¿Qué no me gusta de mi parroquia? ¿Cómo quieren los niños y adolescentes participar en la Iglesia?
"Las respuestas fueron muy sinceras y mostraron las urgencias a tener en cuenta para una mejor atención de los niños. En el fondo quisieron proponer que ellos también son sujetos y actores en la evangelización, con lo que les es propio", señaló Mons. Moronta.
"Con la tercera pregunta se nos brindaron algunas advertencias", dijo el Prelado venezolano, pues manifestaron la falta de grupos juveniles, de organización; así como el hecho que "a veces las mujeres van mal vestidas", la Misa a veces dura mucho, "algunos párrocos son malgeniados y cuando termina la Misa quieren correr a los niños", la falta de testimonio de algunos sacerdotes, entre otros.
Lo principal, afirmó Mons. Moronta, es que los niños y adolescentes quieren colaborar con la Iglesia, "ayudando a los párrocos, siendo monaguillos, perteneciendo al coro parroquial", entre otros. "La Iglesia es para todos. Los niños y los adolescentes no son simples receptores pasivos de contenidos o de propuestas. La catequesis, precisamente y con la ayuda de los itinerarios catequísticos, permite que el niño y el adolescente" se incorpore en sus comunidades, recordó el Obispo de San Cristóbal.
En ese sentido, anunció la creación del Secretariado Diocesano para la Niñez y la Adolescencia y la celebración de una Misa el 14 de agosto, vísperas de Nuestra Señora de la Consolación, en la que presentarán a Santa María "el entusiasmo, la alegría y la esperanza" de aquellos menores, para que "los bendiga y consiga la gracia del entusiasmo apostólico en nuestros niños y adolescentes". "Es la hora del protagonismo auténtico de los bautizados", afirmó.