El Embajador de Irak ante la Santa Sede, Albert Edward Ismail Yelda, afirmó que "los cristianos de Irak son semillas de la tierra de Mesopotamia y no creo que exista una fuerza sobre esta tierra que pueda erradicarlas".
En una entrevista concedida a la agencia SIR, el diplomático cristiano habló de la persecución de los cristianos en su país "seguida con particular preocupación por la Santa Sede". En el diálogo, Yelda condenó "todas las atrocidades cometidas contra los cristianos en Irak y las minorías por parte de grupos radicales y extremistas coludidos y sostenidos por quienes apoyaban al antiguo régimen.
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"El Islam como religión está bien distante de estas acciones" que "buscan crear el caos para minar la operación del nuevo gobierno en la lucha contra el terrorismo, el extremismo y el radicalismo religioso", precisó.
Al comentar el proyecto existente para crear un enclave cristiano en Nínive, el Embajador señaló que "no existe un plano para una zona separada para los cristianos. La mayor parte de los cristianos en Irak no la quieren. Ellos están esparcidos en todo el país y han vivido codo a codo con los musulmanes shiítas, sunitas, árabes, curdos, turcomanos y otras minorías religiosas. Espero que sigan conviviendo pacíficamente en la conservación y el ejercicio de los propios derechos constitucionales".
"Para un Irak seguro, debemos tener una fuerza de seguridad confiable, que garantice la protección de los límites, impidiendo a los terroristas entrar en Irak y matar a civiles inocentes", continuó el diplomático y destacó que para lograrlo hace falta "más medios de la comunidad internacional", mayores "esfuerzos de inteligencia" con los países vecinos", así como la exigencia "de parte de las tropas multinacionales en Irak, entre las que están las de Estados Unidos, de coordinar sus operaciones políticas o militares con nuestro gobierno informándolo antes de realizarlas".
Seguidamente, Yelda habló de las relaciones de su país con Irán y comentó que éstas deben servir al "beneficio de los dos estados y sus poblaciones". Asimismo dijo que "las relaciones normales entre Estados Unidos e Irán tendrán repercusiones positivas en los aspectos políticos, sociales y económicos de Irak y en toda la región".
"Un Irak estable y pacífico ayudará a la estabilidad y convivencia de todos los países del Medio Oriente y contribuirá a promover el proceso de paz, especialmente entre los estados árabes, islámicos y el Estado de Israel", concluyó el Embajador.