Tras haber sostenido esta mañana un bellísimo encuentro con unos 400 sacerdotes de las diócesis de Belluno y Treviso, región alpina en la que se encuentra de vacaciones, el Papa Benedicto XVI reveló que hablaron sobre Dios, la humanidad de hoy y del hecho que la “Iglesia somos nosotros mismos”.
“Hemos hablado de Dios, de la Iglesia, de la humanidad de hoy y, sobre todo, del hecho que la Iglesia somos nosotros mismos y que en este camino debemos colaborar todos”, señaló el Santo Padre respecto a los temas abordados en la reunión con el clero local en la iglesia de Santa Justina mártir, en la pequeña localidad de Auronzo, cerca de Cadore.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El encuentro, que se inició con el rezo de la Hora Sexta de la Liturgia de las Horas y concluyó hacia la una de la tarde, consistió en un intercambio de diez preguntas y respuestas entre los sacerdotes y el Papa, algunas sobre las más grandes prioridades pastorales del momento actual.
Por su parte, el Padre Federico Lombardi, Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de Radio Vaticano, señaló a esta emisora que entre los temas abordados estuvieron “el problema de formación de los jóvenes y su conciencia moral, los problemas de la vida sacerdotal, la prioridad del ministerio en la situación actual de la pastoral en Italia y en la evolución de la situación histórica actual”.
También trataron, reveló el vocero vaticano, algunos temas de actual importancia como la evangelización y el diálogo. “El diálogo respetuoso con las otras religiones, en un contexto de fuerte inmigración, pero también la cuestión –siempre delicada y que atañe también a muchas personas y a tantos sacerdotes– de los divorciados vueltos a casar y los convivientes y, entonces, cómo conciliar misericordia y verdad”.
“Además, el tema del Concilio y la fidelidad al Concilio y a su espíritu. Argumentos, por lo tanto, muy amplios y muy variados que el Papa ya había abordado también otras veces en sus intervenciones y en sus documentos y que han sido tratados de manera muy viva”.
Finalizada la reunión, a la salida del templo, el Pontífice saludó a las miles de personas que ya le habían recibido a su llegada con grandes muestras de acogida y afecto. Con palabras improvisadas, el Papa afirmó que después de este “bellísimo encuentro” con los sacerdotes, “quiero saludar a todos vosotros de todo corazón y con gran alegría, en esta bellísima tierra de los dolomitas”.
“Aquí puedo descansar no solo el cuerpo, sino también el alma”. Puedo “respirar no solo este aire fresco del Creador, sino también el aire de la amistad y la cordialidad, de la que me siento muy agradecido”, agregó Benedicto XVI antes de regresar a Lorenzago, donde permanecerá hasta el próximo viernes.