Cerca de ocho mil personas acudieron el domingo 15 de julio al "acto de reparación" convocado por el Arzobispo de Pamplona, Mons. Fernando Sebastián Aguilar, por la "blasfema pancarta" que la peña Mulhiko Alaiak presentó durante la fiesta de San Fermín.
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El acto comenzó a las 11:30 a.m., en medio de aplausos y oraciones seguidos luego de total silencio durante la procesión de la imagen del Cristo Alzado desde la plaza Santa María la Real hasta la catedral de Pamplona.
Mons. Sebastián, acompañado por un numeroso grupo de sacerdotes, hizo el recorrido descalzo, en actitud penitente, y a medio día presidió la Santa Misa. Durante su homilía el Prelado recordó que una de las peñas de la fiestas "ha ido paseando por las calles de Pamplona una caricatura irreverente de Jesucristo", al que de manera "irrespetuosa y ofensiva han vinculado a un movimiento político muy distante de las enseñanzas del Evangelio y de la Iglesia".
"Estas fiestas de San Fermín han sido algo singulares para los cristianos", pues "no hemos podido compartir la alegría con espontaneidad" porque "hemos tenido que soportar como un dardo clavado en el costado el dolor de un recuerdo doloroso", señaló Mons. Sebastián y dijo que "es un error y un dolor, un pecado de orgullo y de ingratitud querer alcanzar las metas más altas de nuestra humanidad despreciando o ignorando a Jesucristo".
Refiriéndose a los agresores, el Prelado dijo que "aunque pudiéramos nunca trataríamos de imponerles nada por la fuerza. No buscamos el poder, ni pretendemos alcanzar privilegios de ninguna clase. Simplemente les pedimos respeto y estima para poder vivir juntos, sin agravios ni agresiones de nadie contra nadie".