En el marco de la multitudinaria marcha nacional de solidaridad con los secuestrados, el Arzobispo de Bogotá, Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, llamó a los colombianos a mantenerse firmes porque esta manifestación "tiene que perdurar hasta que tengamos una Colombia en paz, libre de secuestro y de odio".
"Todos los colombianos tenemos la obligación y el compromiso de trabajar por la paz, la libertad, la verdad y la reconciliación que hoy estamos multitudinariamente expresando", afirmó el Purpurado durante la Misa celebrada en la Catedral Primada; a la que asistieron los obispos del país y diversas autoridades, entre ellas el Presidente Álvaro Uribe y el Alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón.
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Al menos un millón de colombianos salieron hoy a las calles en diversas ciudades para solidarizarse con las personas secuestradas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), luego que el 18 de junio once diputados del Valle del Cauca, prisioneros de la guerrilla, murieran, según los violentos, a causa de un fuego cruzado con militares; una versión que ha sido rechazada por el Gobierno y que ha dejado serias dudas.
El Arzobispo señaló que "nadie puede ser indiferente a la construcción de la paz verdadera", así como a la búsqueda con ahínco de "nuevos caminos y nuevas salidas a este terrible conflicto".
"El secuestro es una de las peores formas de violencia, un crimen de lesa humanidad que afecta no sólo a la persona del secuestrado, sino también, de manera especial, a sus familiares y a todo el país", añadió.
En ese sentido, llamó a no dejar "apagar en el alma y en el corazón las llamas que en toda Colombia se han encendido ante esta oscuridad".
"No dejemos extinguir la llama de la esperanza que quieren apagar los violentos, porque la luz de las antorchas la apaga el viento o la lluvia, pero la luz de la esperanza es más fuerte que la muerte y nadie la podrá apagar", afirmó durante la Eucaristía.