En su última carta pastoral, esta vez sobre Educación para la Ciudadanía (EpC), el Obispo de Huesca y de Jaca, Mons. Jesús Sanz Montes, denuncia que con esta asignatura impuesta por el Gobierno español, estamos "ante una verdadera manipulación de la ciudadanía" y frente a un intento de "formatear una sociedad a través del uso abusivo de la formación de sus miembros más vulnerables como son los niños y los jóvenes".
En su misiva titulada "’Okupar’ la educación", el Prelado explica que con la EpC "la situación es muy grave por la intrusión en materia moral por parte de unas disposiciones gubernamentales, que parecen empeñadas en legislar no desde el bien común del pueblo al que sirven, sino desde la ideología de partido para sus intereses particulares. La hoja de ruta de semejante pretensión está bien delineada por los ideólogos públicos y publicados que llevan tiempo poniendo letra al tarareo de este son".
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"Con esta asignatura tal y como la explica y la impone el Gobierno, estamos ante una verdadera manipulación de la ciudadanía a corto y medio plazo (no hay mal que cien años dure). Formatear una sociedad a través del uso abusivo de la formación de sus miembros más vulnerables como son los niños y los jóvenes (10 a 17 años), es claro indicio del escaso respeto de la libertad que hemos lamentado en sistemas totalitarios del pasado reciente o del momento actual", prosiguió el Prelado.
"¿Qué tipo de hombre y mujer, qué modelo de familia, qué tratamiento de la vida en todos sus factores y tramos se pretenden sugerir, qué puede hacer que erradique de veras la violencia?", cuestionó y precisó que "estamos ante el perfil de un ciudadano no educado, sino más bien domesticado en esa conciencia que se debe nutrir tan sólo de afecto, de inteligencia, de pertenencia a una tradición y de libertad".
Seguidamente, el Obispo explica que "una generación domesticada es una generación manipulada, con enormes beneficios para el diseño ideológico de quienes votarán como electores la única sociedad para la que les predeterminaron. Es una educación ‘okupada’, como si alguien con inconfesados intereses se propusiese invadir y adueñarse de un ámbito que no le pertenece".
Para Mons. Sanz, la "gravedad de la situación no permite posturas pasivas ni acomodaticias. Se puede recurrir a todos los medios legítimos para defender la libertad de conciencia y de enseñanza, que es lo que está en juego. Los padres harán uso de unos medios y los centros, de otros".
"Ninguno de tales medios legítimos puede ser excluido justamente en ninguno de los centros en los que se plantea este nuevo desafío: ni en los centros estatales ni en los de iniciativa social". Quiera el Señor darnos fortaleza y sabiduría para, sin pedir privilegios, saber luchar por la libertad", concluye el Prelado.