El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, denunció la tendencia entre los comunicadores argentinos de "criticar al Santo Padre" y aclaró que el Papa Benedicto XVI está cumpliendo fielmente con su misión, sin obedecer la agenda que supuestos "expertos" trazaron para el sucesor del Papa Juan Pablo II.
En su reflexión semanal en el programa "Claves para un mundo mejor" (Canal 9), y ante la proximidad del Día del Papa en la Fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, Mons. Aguer destacó cómo el Papa Benedicto XVI "enseña continuamente y da testimonio de la primacía de Dios", y lamentó "que las impresiones que transmitieron los medios de prensa de la Visita del Papa al Brasil, y en especial los enviados de varios diarios argentinos, fueron marcadamente negativas".
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El Arzobispo explica que hay "una tendencia muy fuerte en los comunicadores a criticar al Santo Padre" basada en que "se dice que no tiene el carisma de su predecesor, que comete tal o cual error, que es eurocéntrico. Se recuerda constantemente, como si fuera un baldón, que era el defensor de la ortodoxia de la fe, como si eso no hubiera sido su oficio, como lo es de todo obispo y con mayor razón lo es ahora de él como Papa".
En este sentido, recordó que cuando Juan Pablo II se encontraba avanzado en edad y con signos visibles de su enfermedad, periodistas autotitulados expertos en temas religiosos, escribieron la "agenda" al futuro Papa, incluyendo la abolición del celibato sacerdotal, cambios en la moral matrimonial, el sacerdocio femenino, entre otros asuntos.
Mons. Aguer recordó que Benedicto XVI "enseña continuamente y da testimonio de la primacía de Dios. De la primacía de Dios en la vida interna de la Iglesia, en su obra evangelizadora y subrayando la necesidad de la adoración, la recuperación del sentido sagrado de la liturgia, la extensión del misterio de Cristo y de su vivencia a toda la existencia de los cristianos, tanto en el ámbito privado, personal, como en el público, en el mundo de la cultura y de la acción social y política".
Además, precisó que "las carencias de la cultura contemporánea visibles en el desconcierto del pensamiento débil, en los conflictos insolubles, en el descalabro de la familia y el desgarramiento de los vínculos sociales, no se curan con nuevas olas de secularismo, sino con el reconocimiento de la primacía de Dios, fuente de toda razón y justicia, Creador y Padre de todos los hombres".
Finalmente, pidió a los católicos rezar por el Papa "para que el Señor lo conserve, lo fortalezca, lo haga feliz en la tierra y no permita que caiga en las manos de sus enemigos".