España se ha convertido en el cuarto país en Europa y el noveno en el mundo que permite la práctica de la clonación “terapéutica” de seres humanos al aprobar ayer el Parlamento la controvertida Ley de Investigación Biomédica.
Pese a que la ley, aprobada por el pleno del Congreso de los Diputados, con excepción del opositor Partido Popular (PP), prohíbe la “clonación reproductiva” o la creación de nuevos embriones humanos con fines de experimentación, contradictoriamente “permite la producción de embriones clónicos para obtener de ellos material de ensayo”.
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Esta contradicción fue ya señalada por el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (CEE), a través de una nota del 19 de octubre del año pasado, documento al que ha remitido el organismo episcopal tras la aprobación de la legislación.
“Retroceso ético absolutamente rechazable"
Las reacciones de diversos sectores de la sociedad no se han hecho esperar. Además de los obispos, organismos familiares, médicos y de la bioética han manifestado su contundente rechazo.
El Presidente del Foro Español de la Familia (FEF), Benigno Blanco, declaró que la Ley es un "retroceso ético absolutamente rechazable" porque convierte el embrión humano en "mero material" de investigación.
"Creo que es una ley profundamente negativa porque España va a ser uno los países del mundo donde la vida del ser humano, en sus fases de desarrollo, más desprotegida va a estar", señaló.
De igual modo, la Directora científica de VidaCord y miembro de la Pontifica Academia para la Vida, Mónica López Barahona, criticó que se permita la “clonación terapéutica” que, según explicó, consiste en la transferencia de un núcleo a un óvulo, “como si lo que se generara no fuera un cigoto, y por lo tanto un embrión". "Estamos hablando de un ser humano", señaló.