Al recibir a los participantes del Congreso de estudio con ocasión del 25º aniversario de la creación del Pontificio Consejo de la Cultura, el Papa Benedicto XVI señaló que las grandes obras maestras europeas, así como grandes artistas como Bach y Dante, fueron expresión de la síntesis entre fe y cultura, pero dijo que la mayor obra de arte es el encuentro del hombre con Dios.
El Papa recordó que el Siervo de Dios Juan Pablo II creó este dicasterio el 20 de mayo de 1982, con el objetivo de “dar un nuevo impulso al compromiso de la Iglesia de favorecer el encuentro entre el Evangelio y la pluralidad de las culturas en las diversas partes del mundo”.
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“La Iglesia –recordó el Papa–, al relacionarse con el mundo de la cultura, pone siempre en el centro al ser humano, sea como artífice de la actividad cultural que como su último destinatario”; pero en el mundo de hoy, marcado por “el formidable desarrollo de los medios de comunicación”, “es más urgente que nunca para la Iglesia promover el desarrollo cultural, haciendo hincapié en la calidad humana y espiritual de los mensajes y de los contenidos”.
Benedicto XVI recordó que “la historia de la Iglesia también es inseparablemente historia de la cultura y del arte. Obras como la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, la Divina Comedia, la Catedral de Chartres, la Capilla Sixtina o las Cantatas de Johann Sebastian Bach constituyen síntesis extraordinarias entre fe cristiana y expresión humana”.
Sin embargo, el Papa señaló que si bien estas obras son “las cimas de esta síntesis entre fe y cultura”, “su encuentro se realiza cotidianamente en la vida y en el trabajo de todos los bautizados, en aquella obra de arte escondida que es la historia de amor de cada uno con el Dios vivo y con los hermanos, en la alegría y en la fatiga de seguir a Jesucristo cada día”.
la fuerza de renovación y de elevación más potente, es decir, el Amor de Dios