Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, Arzobispo de Tunja, explicó en un comunicado la razón por la cual la Conferencia Episcopal de Colombia decidió dar acogida al “canciller” de las FARC, Rodrigo Granda, quien pasó la noche en la sede del Episcopado luego de dejar una cárcel de máxima seguridad.
La Conferencia Episcopal explicó que “con el propósito de promover el retorno a sus hogares de todos aquellos que sufren la injusta privación de su libertad”, ha decidido acompañar “todas aquellas iniciativas orientadas a la liberación de las personas retenidas, siempre que éstas no supongan un riesgo para su vida y su integridad personal”.
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“Por esta razón –agrega el comunicado– ha decidido ofrecer la sede del Episcopado para la permanencia temporal del señor Rodrigo Granda, miembro de las FARC-EP, en el marco de una labor facilitadora y humanitaria”.
“En razón del drama humano que experimentan nuestros hermanos y hermanas injustamente privados de la libertad –sigue el comunicado–, así como sus familias, el Gobierno Nacional, en la responsabilidad institucional que le corresponde y las FARC-EP por su parte, están llamados a privilegiar los principios humanitarios sobre cualquier consideración o reivindicación de carácter político o territorial, explorando incluso nuevas alternativas”.
La Iglesia reitera, en el comunicado, su disposición “para facilitar la concreción de un acuerdo humanitario en la medida que las partes lo consideren oportuno, viable y necesario”.