Durante un encuentro privado sostenido en el Palacio Apostólico del Vaticano esta mañana, el Presidente mexicano Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, invitó al Papa Benedicto XVI a visitar México en el futuro próximo.
El mandatario mexicano fue recibido en audiencia por el Pontífice y se reunió luego con el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, a quien acompañaba el Arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados
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Según una nota de la Santa Sede, “los coloquios han permitido un intercambio de opiniones sobre temas relativos a la actualidad internacional, teniendo también en cuenta la inminente Cumbre del G-8, en la que el Presidente Calderón participa como invitado especial”.
“Hablando de México se han abordado sobre todo algunos aspectos de la vida del país, como la emigración, las poblaciones indígenas, la lucha contra la violencia y el narcotráfico, el ambiente”.
También se habló “de la situación de la Iglesia católica, considerando, ante todo, los pasos significativos efectuados ya o todavía por cumplir, en las relaciones con el Estado. A este respecto no ha faltado una mención especial a la feliz circunstancia, en este año, del decimoquinto aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede”.
La misma nota revela que el Jefe del Estado mexicano “ha renovado al Santo Padre la invitación a visitar el país”.
Cálido encuentro
Luego del encuentro privado con Calderón, que se prolongó por 22 minutos, el Papa recibió a la esposa del Presidente, Margarita Zavala, y los tres hijos del matrimonio, María, de diez años, Luis Felipe, de siete, y Juan Pablo, de 4, que llevaron a Benedicto XVI un osito, una camiseta de la selección mexicana de fútbol y un "pin" del "Tri".
Benedicto XVI bendijo y abrazó a los niños, y luego recibió al séquito de 14 personas que acompañaban al Presidente.
Benedicto XVI acogió a Calderón con un “bienvenido” en español, mientras el Presidente regaló al Papa dos candelabros de bronce realizados en su estado natal de Michoacán.
Calderón explicó que los candelabros fueron realizados siguiendo las instrucciones del famoso obispo que la Nueva España, el "Tata" (Padre) Vasco de Quiroga.