La oposición a la ley del suicidio asistido ha aumentado en California y “las demostraciones de apoyo” a la defensa de la vida no se hacen esperar cuando se toca el tema, aseguró la jefa de la California Foundation for Independent Living Centers, Ana Guerra.
En una entrevista concedida al California Catholic Daily (CCD), Guerra reveló que la gente se opone a esta ley porque están aprendiendo que “el dolor puede ser manejado, que la gente con discapacidades está en riesgo de morir sin acceso a servicios médicos”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En este sentido, explicó que la legislación actual sólo se aplica a las personas con una enfermedad terminal, pero “los discapacitados están en mayor riesgo” porque “una discapacidad es acompañada con frecuencia por la depresión e incluso la idea de suicidio, sin embargo, esto pasa con el tiempo y se mejora sumamente con ayuda”.
Refiriéndose a la idea de los ‘defensores del suicidio’ que justifican el suicidio asistido con “voluntario y con salvaguardas”, Guerra aseguró que los médicos no pueden saber si el paciente decide suicidarse por motivos familiares o económicos “lo que sería una forma de coerción” y señaló que la “verdadera salvaguarda” en la ley debería proteger a los pacientes y no a los médicos que prescriben las “medicinas mortales”.
Finalmente dijo que “la depresión y el miedo a la discapacidad no pueden ser razones aceptables para prescribir ‘medicinas’ mortales, porque en ese caso cualquier persona con una discapacidad está en riesgo” y los servicios médicos adecuados y el retiro de barreras para una vida en la comunidad pueden hacer “esta ley totalmente discutible”.