"Para Kosovo solo hay una opción: la independencia. De lo contrario habrá guerra y no queremos más guerra”, aseguró el Administrador Apostólico de Prizren, Mons. Dode Gjergji, en declaraciones a la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).
Nominalmente, Kosovo sigue bajo la autoridad de Serbia. Sin embargo, desde 1999 es administrado por las Naciones Unidas. Los católicos son una pequeña minoría de 60 mil personas en medio de 1,9 millones de musulmanes.
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“Psicológicamente estamos conscientes de nuestra situación minoritaria”, sostiene Mons. Gjergji, a cargo de Prizren desde diciembre pasado. El Obispo de 44 años de edad está convencido de que el número de católicos crecerá. Muchos musulmanes que aún recuerdan sus raíces cristianas –también llamados criptocatólicos– están regresando a la Iglesia.
“Aunque todavía son un grupo relativamente pequeño, a largo plazo la tendencia será creciente”, sostiene y agrega que “debemos salir de la sacristía y proclamar la Buena Nueva a la gente. El pueblo de Kosovo está listo para escuchar este mensaje”.
Según el Obispo, la Iglesia Católica busca involucrarse en el campo de los medios porque “estamos mudos y no tenemos voz fuera de los templos”. Sin embargo, la Iglesia Católica en Kosovo está mediando entre los distintos grupos religiosos y étnicos que describen a Mons. Gjergji como "nuestro obispo".
El Prelado cuestiona los esfuerzos del gobierno serbio contra la independencia de Kosovo. "No es nuestra tarea involucrarnos en política, pero los albaneses estamos mirando hacia el futuro", sostiene el Obispo y agrega que para la gente joven esta decisiones muy importante.