El Observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, Arzobispo Celestino Migliore, manifestó ayer su pesar porque en este organismo se haya aplazado la aceptación del borrador de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Así lo señaló el Prelado en un discurso pronunciado en Nueva York ante la VI Sesión del Foro Permanente sobre los problemas de los indígenas del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), acerca del tema "Territorios, tierras y recursos naturales".
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Mons. Migliore destacó que este documento puede ser beneficioso como instrumento legal, "en especial para tutelar los derechos humanos de los más pobres que viven en áreas rurales, con frecuencia indígenas, marginados por el mundo moderno, y de aquellos que podrían aportar una mayor contribución al ámbito político y económico en el que viven".
El representante vaticano afirmó que algunos acusan a la Declaración de contradecir las constituciones nacionales, afirmando que "el ejercicio de la autodeterminación sólo concierne a quienes viven bajo regímenes coloniales; otros señalan que no es clara en la definición de "pueblo indígena".
Adoptar la declaración sería "un gesto político que no sólo beneficiaría a los ciudadanos más pobres y excluidos, tanto en los países ricos como en los pobres, sino que mejoraría también la paz entre los pueblos y fomentaría el justo y equitativo acceso a los derechos humanos por parte de todos", agregó.
Por último, explicó que los Estados “tienen preocupaciones legítimas sobre la soberanía, la ciudadanía, la igualdad y la adecuada explotación de los recursos naturales, pero estas cuestiones no deben permitir que el progreso de los derechos y preocupaciones igualmente legítimas de los pueblos indígenas se pospongan ‘sine die’".