La Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG), afirmó que las elecciones presidenciales del 9 de septiembre son una oportunidad para reflexionar sobre los graves problemas del país, y pidieron a los candidatos comprometerse con la verdad, la justicia y no caer en la promesa fácil ni en los ataques mutuos.
“El proceso electoral que estamos iniciando debiera ser una oportunidad para reflexionar sobre los graves problemas que aquejan a nuestra sociedad y para proponer, por parte de los diferentes partidos políticos y sus respectivos candidatos, soluciones justas y viables a esos problemas”, expresó un mensaje de la CEG.
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Los obispos dijeron que el problema más grave del país es la falta de respeto a la vida. Denunciaron la extrema pobreza y la violencia inmisericorde que golpea y ciega “la vida de miles de guatemaltecos cada año”, así como el narcotráfico y el crimen organizado que se mueven todopoderosos “ante una institucionalidad precaria, débil y muchas veces, inepta”.
Asimismo, expresaron su preocupación por “la emisión de leyes que comprometen gravemente la dignidad humana” y que, bajo el “pretexto de bienintencionadas manifestaciones de protección a menores y mujeres”, comprometen la protección al concebido establecida en la Constitución.
“La existencia de programas de gobierno debiera ser una demanda ciudadana así como el compromiso concreto con los principios básicos de respeto a la vida que son pilares de nuestra arquitectura constitucional”, indicó el texto.
El Episcopado pidió a los partidos políticos no prometer lo imposible ni fomentar el odio y el resentimiento en la población. Recordaron que Juan Pablo II enseñó que “una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana”.
Finalmente, piden al Señor y a Santa María ayudar a Guatemala “en estos meses cruciales” e inspirar a candidatos, autoridades y electores, “a encontrar la sabiduría en las ofertas de unos y en las decisiones de otros”.
El texto está firmado por Mons. Álvaro Ramazzini y Mons. Gonzalo de Villa; Presidente y Secretario General de la CEG respectivamente.